La catarsis de Belén Ro ante la DEBLACLE de Rocío Flores: el momento que siempre esperó

La primera tanda de episodios de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ llegó a su fin el pasado mes de mayo, pero todavía está dando mucho que hablar. Las confesiones de la hija de ‘la más grande’ acerca de la supuesta violencia de género que Antonio David Flores ejerció sobre ella conmocionaron a buena parte de la sociedad, que ya ha condenado al malagueño sin que un solo juez se haya pronunciado al respecto. La serie documental ha dictado sentencia.

Tanto él como su familia están sufriendo el escarnio público que se hace patente cada noche en los platós de ‘Supervivientes’ y los otros programas complementarios del reality show. Los colaboradores aprovechan cualquier mínimo equívoco de Olga Moreno para juzgarla por episodios ajenos al concurso, y Rocío Flores, su defensora pública en España, cada vez lo tiene más complicado a la hora de esquivar los balonazos que le llegan.

Belén Rodríguez se posiciona como el máximo exponente de esta contienda mediática contra los Flores. La periodista se ha convertido en la líder de una masa sectaria que emplea todas sus energías en atacar y agraviar a Antonio David y su hija Rocío. Consciente del apoyo que recibe de su ‘ejército’ a través de las redes sociales, la tertuliana ya no tiene reparos a la hora de despacharse bien a gusto ya no solo contra el exmarido de su amiga Carrasco, sino también contra su primogénita.

Por más veces que la heredera universal de la Jurado pida que se aparte a Rocío Flores de esta guerra encarnizada, sus televisivas amigas hacen oídos sordos y continúan mostrando, día tras día, su evidente inquina hacia la joven. La última de Belén Rodríguez no tiene desperdicio. En ‘Viernes Deluxe’ y mirando a cámara se apoderó del ‘grito de guerra’ de Rocío Carrasco para usarlo contra su hija: “¡No tiene coño, no lo tiene!”.

Belén Ro está disfrutando de esta barra libre de ataques al clan Flores-Moreno que Telecinco le ha regalado. Han sido muchos años de silencio, años en los que ha tenido que morderse la lengua mientras el resto del mundo señalaba a su amiga de mala madre. Ahora, la situación ha dado un giro de 180 grados y la periodista no disimula su catarsis. Se regodea y hace leña del árbol caído. La venganza se sirve en plato frío, y ella se relame como si fuera un menú de 5 estrellas Michelín. ¡Qué a gusto se ha quedado!