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El verano más tranquilo (y familiar) de la Infanta Cristina

La hermana de Felipe VI recupera sus veranos galos junto a Iñaki Urdangarin y sus hijos menores

La Infanta Cristina, durante unas vacaciones en Bidart.
La Infanta Cristina, durante unas vacaciones en Bidart.UGI/KJP©GTRESONLINE

La familia Urdangarin-Borbón recupera poco a poco sus rutinas y disfruta de sus vacaciones en el sur de Francia, concretamente en la localidad de Bidart, famosa por sus espectaculares playas muy indicadas para el surf, un destino que la mayoría de los españoles pusieron en el mapa al ser el refugio estival recurrente de mencionada familia.

Desde finales del pasado mayo, el cuñado de Felipe VI tiene autorizadas sus salidas al extranjero con el pertinente permiso judicial. Gracias a esto, ha podido viajar a la localidad gala en numerosas ocasiones, no siempre publicitadas en prensa. Allí está la casa de su madre, Claire Liebaert, un lugar siempre elegido para los reencuentros, que este año toma más relevancia que nunca. En julio, la infanta Cristina estuvo en Ginebra, acompañada por las visitas frecuentes de la Reina Sofía y la infanta Elena, consciente de que en agosto llegaba el gran momento del reencuentro familiar.

Para esta familia, lo peor ha pasado, cada vez queda menos para que Urdangarin pueda volver a casa. Aunque la plena libertad judicial no llegará hasta la primavera de 2022, ahora toca un verano juntos. En familia, como siempre, aunque este año se echa de menos a Juan, el mayor, que en su tiempo libre sigue su camino como voluntario. Pablo, Miguel e Irene siguen veraneando aún con sus padres. La revista ¡Hola! ha publicado esta semana las esperadas imágenes del reencuentro entre los Urdangarin Borbón.

La familia Urdangarín durante uno de sus veranos en Bidart junto a la infanta Cristina, en 2014
La familia Urdangarín durante uno de sus veranos en Bidart junto a la infanta Cristina, en 2014UGI/KJP©GTRESONLINE

Llama la atención la forma física de Pablo y Miguel, pero se lleva todo el foco el cambio de Irene Urdangarin, convertida en una bella y atractiva joven a sus 16 años, con quien su padre se deshace en halagos. El protagonismo recae siempre, como es lógico, en la princesa Leonor y la infanta Sofía, también en Victoria Federica, pero Irene pide paso desde la sombra con fuerza. Su cambio físico es espectacular y guarda mucho parecido con su madre cuando tenía su edad.

Pero, en esencia, las imágenes de la mencionada revista de corazón se parecen a las del pasado, cuando no hace ni una década la pareja disfrutaba en compañía de sus hijos aún pequeños en esas playas. Vuelven los gestos de amor y complicidad a este (indestructible) matrimonio.

Son unos relevantes y merecidos días de verano en familia, aunque la realidad es bien distinta que antaño. Urdangarin vive con su madre en Vitoria, donde trabaja, y tiene que pasar una noche a la semana en prisión, mientras su esposa vive en Ginebra, Suiza, con la bella Irene, que ya no tiene que escaparse en secreto a Madrid para visitar a su padre en Brieva y puede disfrutar de él con intensidad este verano.

La infanta Cristina aparece en las imágenes, más delgada que nunca, relajada sobre una toalla y refugiándose del sol bajo una sombrilla mientras que Irene, Pablo y Miguel se han dedicado a hacer surf, uno de sus deportes favoritos. Un verano sin lujos, discreto y en familia. Pero sobre todo, sin un ingrediente que les viene acompañando desde hace una década: la polémica.