Rocío Jurado, más viva que nunca en el decimosexto aniversario de su muerte

La noche del 1 de junio del 2006 marcó un antes y un después en la historia de la música y de la crónica social española con la muerte deRocío Jurado. Durante aquella madrugada, las inmediaciones del chalet de la lujosa urbanización madrileña de La Moraleja se llenaba de periodistas, quienes fueron los primeros testigos de que el trágico final de ‘la más grande’ había llegado. El cáncer de páncreas que padecía le había ganado la partida.

Ahora, dieciséis años después, la chipionera está más viva que nunca, y ya no solo por el legado artístico que ha dejado a través de sus canciones, sino por su familia y los enfrentamientos televisados del clan con Rocío Carrasco, hija mayor y heredera universal de la chipionera. Desde que el pasado año Rociíto alzase la voz para narrar, entre otras cosas, lo que realmente pensaba su madre sobre rostros como Ortega Cano, Amador y Gloria Mohedano, Antonio David o Fidel Albiac, el nombre de Rocío Jurado se vio envuelto en un debate popular que muchos criticaron, asegurando que el hecho de revelar ciertos datos no favorecía precisamente a la memoria de la artista.

Carrasco no dudó en mostrar los detalles e intimidades de las estancias de la casa en la que convivió junto a su madre, organizó dos conciertos en forma de homenaje, en el que varias artistas sorprendieron con sus particulares versiones de los grandes éxitos de ‘la más grande’. Recientemente se confirmaba que el museo dedicado a Rocío Jurado abrirá sus puertas, por fin, el próximo 1 de julio. Allí se exhibirán los trajes, enseres y documentos más importantes de una Rocío Jurado que sigue presente en la música y también en Chipiona, pero que parece no tener las fuerzas suficientes para conseguir que sus seres queridos vuelvan a estar unidos.