Agatha Ruiz de la Prada rinde tributo a Manrique en Lanzarote

La diseñadora, que conoció bien al artista, presentó un desfile retrospectivo en los Jameos del Agua, una de las grandes obras del canario

Junto con Custo Barcelona, Agatha Ruiz de la Prada es seguramente la marca española que más desfiles presenta al año en pasarelas de todo el mundo. Pero entre las decenas de shows que prepara, la de este sábado en Lanzarote fue especial para la diseñadora. La isla guarda significativos recuerdos de su infancia que posiblemente hayan sido la semilla de su impulso creativo y de su estilo particular. Agatha habla de César Manrique, del que se celebra este año el centenario de su nacimiento, como de un viejo amigo. Porque lo fue. Recuerda que cuando era niña venía con su padre a la isla, donde éste tenía una casa, y pasaban mucho tiempo con el artista canario. “En esa época me parecía normal conocerle, pero, a la vez, alucinante, porque César un día aparecía vestido de rosa, otro de amarillo o de azul claro. Y no era el único; era el tiempo de los hippies”, recuerda la modista.

Todos esos tonos, claro, son parte del ADN de su marca y no faltan en ninguno de sus desfiles. Aunque el de anoche fue otra cosa: un homenaje al hombre cuya huella en Lanzarote es indiscutible, casi tanto como en la propia Agatha, que afirma que “su arquitectura, su concepto del arte y su manera de vivir me han influido muchísimo”. Celebrado al atardecer en los Jameos del Agua, una de las obras esenciales de Manrique, el show fue también un recorrido por la trayectoria de la propia diseñadora.

“Cuando vine a Lanzarote a la presentación del Fashion Weekend y vi cómo estaba todo de bonito y de bien cuidado, pensé: “No puedo hacer un desfile normal: tiene que ser extraordinario, un homenaje a César. Así que recuperé trajes de hace 35 o 30 años, casi todos traídos de la Fundación Agatha Ruiz de la Prada. Por lo tanto, nada de lo que he enseñado aquí se puede comprar”, afirma.

Los abullonados, los contrastes de colores, los vestidos asimétricos y las faldas tubo combinadas con tops de gran volumen invadieron el auditorio del Jameo de la Cazuela, un incomparable telón de fondo para el desfile. La música -el “No controles” de Mecano y “Me da igual”, interpretada por Mario Vaquerizo- y los coloridos diseños de Agatha trajeron a Lanzarote el ambiente divertido y desenfadado que ya es tradición en las pasarelas de la modista.

No faltaron tampoco algunas de las marcas más recientes de la casa, como los estampados de huevos fritos y de gotas de agua, al igual que la combinación de todos los colores del arcoíris, por ejemplo, en un vestido mini con margaritas bordadas. El gran final fue un vestido rosa cuya falda asimétrica iba levantada por grandes globos rojos en forma de corazón.

"La isla es tan romántica y me encanta lo bien preservado que está todo. Te quedas con la idea de quién era César. Existe una maravillosa simbiosis entre el terreno y un personaje tan actual como él", comenta la diseñadora. Los Jameos del Agua fue efectivamente la primera gran intervención espacial que realizó el canario a mediados de los años sesenta, y a través de su trabajo con los tubos volcánicos terminaría creando el novedoso concepto de Arte-Naturaleza.

Esta edición del Lanzarote Fashion Weekend también sirvió de plataforma a diseñadores locales que presentaron sus propuestas ayer por la mañana en el castillo de San José, sede del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC) y la Casa-Museo del Campesino. El viernes, el evento despegó, nunca mejor dicho, con un desfile de Custo Barcelona que se presentó durante el vuelo.