Gente
Alejandra Conde: la zapatera prodigiosa
Junto a Miguel palacio y la familia Coves, la hija del banquero está relanzando su elegante marca.
Junto a Miguel palacio y la familia Coves, la hija del banquero está relanzando su elegante marca.
Hace quince años la boda de Alejandra Conde, la hija del banquero Mario Conde y de su primera mujer, Lourdes Arroyo, unía no solo a la familia Conde con los Guash, también sellaba una alianza intangible con Miguel Palacio. «Le conocí hace quince años, a raíz de que me hiciera mi traje de novia. Llegué a su taller por medio de una amiga parisina en común. Desde ese día nos hicimos amigos y siempre he coincidido con su concepto de elegancia, gusto, estilo y personalidad. Yo vestía de Miguel Palacio hasta que cerró hace cinco años». Para Alejandra, ambas circunstancias, el matrimonio con Fernando Guash y la amistad con Palacio, han llegado a 2019 con tan buena salud que, hace un año, decidieron poner en marcha el regreso del diseñador. Había que ser cautos y precisos. Tenían la estrategia, el dinero y el diseño. Les faltaba la tercera pata del proyecto, el fabricante, y lo encontraron gracias a los afectos. La amistad de Alejandra Conde con la familia zapatera de Elche, los Coves, les llevó a entrar en el proyecto y aportar la producción. Dado que Miguel no estaba familiarizado con ese sector, decidió instalarse en la zona del mundo que más sabe de zapatos, Alicante. «Vivir un año en Elche ha sido el mejor y más duro máster que he hecho en mi vida. La fabricación de zapatos de alta calidad es tremendamente compleja». Con Miguel Palacio, en el diseño, Coves, en la fabricación y Alejandra, en la comercialización, gestión, comunicación y testado de zapatos, la marca ha regresado a la pasarela. Hace unos días, después de cinco años ausente, pudieron verse sus botines en la MBFWMadrid. «He estado casi cinco años viajando, descansando y aprendiendo de personas extraordinarias y de sitios como México, y Alejandra siempre ha estado a mi lado». Solo llevan dos colecciones y son un éxito porque no paran de crecer en su único canal de ventas, su página on line. No tienen empleados pero sí un curioso sistema de trabajo: «A las siete y media ya nos ponemos en contacto por facetime, así repasamos las cosas pendientes y nos marcamos los objetivos. Yo tengo tres niños y me levanto prontísimo y por eso no me cuesta nada. Ellos también son de madrugar y así nos ponemos al día y organizamos el trabajo. Yo gestiono el proyecto pero no soy más jefa, aquí cada uno tiene su parcela. Todas las decisiones las tomamos entre los tres», nos cuenta Alejandra. Y Miguel recalca que «no sabes lo bien que se trabaja con ella, me lleva con muchísimo orden y maneja los números porque yo soy un desastre».
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