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Benidorm, la vuelta más esperada de Isabel Pantoja

La tonadillera desgranó los éxitos más conocidos de su carrera
La tonadillera desgranó los éxitos más conocidos de su carreralarazon

Su profesionalidad no es discutible. Y eso lo saben los cientos de fans que ayer, desde las siete de la tarde, se agolpaban alrededor del Palace Benidorm.

Su profesionalidad no es discutible. Y eso lo saben los cientos de fans que ayer, desde las siete de la tarde, se agolpaban alrededor del Palace Benidorm. Ese fue el lugar escogido, Benidorm, por Isabel Pantoja para reaparecer sobre los escenarios después de que el pasado 16 de abril fuese condenada a dos años de prisión y una multa de 1.147.000 euros. Aunque, finalmente, la tonadillera no irá a la cárcel, es innegable que no corren buenos tiempos para su familia pues, por si fuera poco, su hijo mayor, Kiko Rivera, daba por finalaza su relación con la modelo Jessica Bueno –madre de su único hijo– a principios del mismo mes.

Horas de espera para ver llegar a la estrella de la copla nacional, que, como ya es habitual, acudió con dos horas de antelación y sin dejarse ver, a pesar de que eran muchos los medios que pretendían fotografiar su entrada al recinto. Y es que su aspecto y su forma física –está visiblemente más delgada y mantiene unas pronunciadas ojeras ya casi características en su rostro–, se han visto perjudicados a raíz de la situación de estrés y de preocupación a la que ha estado sometida Isabel, desde que comenzaran las vistas del juicio en junio de 2012. Con gesto cansado y evidente nerviosismo se subió a las tablas.

El público, entregado

El público, su público –dos días antes de la actuación el aforo ya estaba completo– se volcó con la estrella. Antes de que cantase su primer tema, ya tenía a los asistentes rendidos a sus pies. Durante más de tres minutos, sólo se oía «Isabel, Isabel, Isabel» mientras la artista respondía a esta abrumadora muestra de cariño, emocionada y llevándose las manos al pecho. Entre las asistentes estaba Belén Esteban y su familia en su primera aparición pública tras dejar, no se sabe si sólo temporalmente, el programa «Sálvame» de Telecinco.

Llama poderosamente la atención que no estuviese arropada por su hijo Kiko y sus amigos Raquel Bollo, Luis Rollán o Chelo García Cortés, con la que mantiene una relación muy distante desde hace varios meses, después de que cubriese como periodista las primeras sesiones del juicio. Nada que ver con anteriores conciertos en el pasado, donde la cantante, que también estaba atravesando momentos personales bastante difíciles, estuvo acompañada por su entorno más cercano.

Tras este recibimiento, Isabel Pantoja se dispuso a interpretar su primer tema, pero los aplausos continuados del público apenas hacían audible su voz. Como es costumbre en cada actuación, la cantante se cambió varias veces de vestuario. Era consciente que era uno de sus conciertos más esperados en los últimos años y no quiso decepcionar a ninguno de sus fans. «Es una pena, pero está visiblemente desmejorada», dijo una mujer de mediana edad que considera que lo «lo que se ha hecho con ella durante el juicio y después de conocer la sentencia ha sido un linchamiento. En este país lo que hay es mucha envidia». Muchos, que no tenían previsto asistir al concierto, incluso se desplazaron desde distintos lugares de España, quisieron acudir para respaldar a Isabel Pantoja. «Es la mejor y seguro que va a poder pagar la fianza sin problemas. Ahora lo que necesita es serenarse y cuidarse físicamente para darlo todo en el escenario, como está ocurriendo ahora», dijo un joven «pantojista» desde la infancia.

A la espera de sus primeras declaraciones

La tonadillera tiene ya cerrada la fecha para su próximo concierto en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. Las entradas están ya disponibles a un precio mínimo de 35€. Cantar no es la única alternativa que le queda a Isabel para hacer frente a la cuantiosa multa de más de un millón de euros. En el aire permanece aún una posible exclusiva por la que recibiría una gran cantidad de dinero a cambio de sus primeras declaraciones, tal y como sucedió en el año 2007, cuando aseguraba a El Confidencial que «demostraría que no había hecho nada».