María Teresa Campos

Bigote Arrocet: "Teresa está muy bien: acaba de firmar para volver a la tele"

A punto de cumplir 70 años, el argentino se ha teñido de rubio para una película en la que participan «estrellas como Al Pacino». Mientras, recauda dinero para una estatua en homenaje Chiquito de la Calzada. «En realidad, siempre quise ser cura».

La periodista María Teresa Campos en Madrid. 23/09/2019
La periodista María Teresa Campos en Madrid. 23/09/2019larazon

A punto de cumplir 70 años, el argentino se ha teñido de rubio para una película en la que participan «estrellas como Al Pacino». Mientras, recauda dinero para una estatua en homenaje Chiquito de la Calzada. «En realidad, siempre quise ser cura».

«Hola, Mayruchita. Se lo digo con “Garbo”. ¿Tiene usted “Diez Minutos” para “Lecturas”? Yo vendo estas revista porque es más fácil venderlas que salir en ellas. Mi hermana Rosita quería salir pero lo que de verdad le gustaría es piticlinear conmigo. ¡¡Piticlín, piticlín!!!». Estamos en 1984. Edmundo Arrocet von Lohse (Buenos Aires, 1949) protagoniza uno de sus famosos skechets ante las carcajadas de Mayra Gómez Kemp y las miradas de Juanito Navarro, Rocío Dúrcal y con varios directores de estas publicaciones sentados entre el público. 25 años después, algunos de los 19 millones de españoles a los que el programa «Un, dos, tres» tentaba con un apartamento en Benidorm y escamoteaba horas de sueño son testigos de su reconversión en estrella del papel couché. A punto de cumplir los 70 (lo hará en 20 días), el rebautizado como Bigote ha perdido la cuenta de los titulares que su relación con la periodista María Teresa Campos (78) ha generado en la tierra que le adoptó en 1974. «¿Tú te das cuenta de que nos separan o nos matan? He escuchado que me ha dejado la maleta en la puerta de casa, que soy un chulo, que he estado con otras mujeres... Después se aclara y todo es mentira. Anoche comentábamos que llevamos seis años juntos y toda la gente que hablaba de nosotros se ha separado. Cuatro se han dejado sin previo aviso. Lo último que ha salido es que ella en un centro comercial empezó a insultarme. Teresa me dice: “Tú eres más loco que una bala al aire, te tomas todo a broma”. Pero ella lee eso y se amarga». Lo cierto es que tienen superávit de hemeroteca. La más reciente va del «Bronca brutal en casa de María Teresa Campos y Edmundo», publicado el pasado 12 de marzo, a «Edmundo no descarta boda», con fecha del 21 de agosto, para asegurar un día después que «unas fotos dejarían en evidencia que le ha sido infiel a María Teresa». Y así desde el verano de 2014, cuando Cupido les reclutó para sus filas. «Si hubiera tenido una amante, lo digo y ya está. Todos podemos cometer errores. Pero es mentira. Llevamos ya seis años y aquí seguimos. Ella es una periodista muy justa y no le entra en la cabeza que haya salido gente que no le hace honor al juramento hipocrático y le duele». Negado lo importante, llega lo urgente: «Teresa está muy bien. De hecho, acaba de firmar un contrato para volver a la televisión». Por fin una buena nueva tras meses en los que el clan Campos no gana para disgustos, reales o imaginados. Edmundo tiene tres hijos: María Gabriela, fruto de su relación con la presentadora chilena Gabriela Velasco –que falleció el pasado junio–, Maximiliano y Estefanía, de su matrimonio con la odontóloga Rocío Corral, de la que enviudó en 2012. Su hijo Alexis Legard, a quien nunca ha reconocido legalmente y nieto del presentador peruano Kiko Legard, acaba de anunciar que reclamará su paternidad en los tribunales. «Lo único cierto de todo lo que han dicho es lo de Alexis, el resto es falso», reconoce el cómico, que continúa: «¿Sabes qué es un problema? Te voy a contar una anécdota. Yendo por la calle con un amigo hace un tiempo, le dije: “Apóyate en mi hombro, cierra los ojos y déjate llevar por mí”. Empezó a caminar y cuando llevaba 120 pasos ya no podía más. Eso es un problema. Ser ciego, o que me corten una pierna, eso es algo traumático. La vida es mucho más grande de lo que vemos».

Recuerdo a los que ya no están

Bigote, que también ha sido noticia por subvencionar el sepelio del humorista Chicho Gordillo, «al que quería mucho porque tenía un corazón enorme», abandera desde hace dos meses una iniciativa para homenajear a su compañero y amigo Chiquito de la Calzada de la mano de la asociación de humoristas Ashumes, presidida por Tony Antonio: «Nosotros entregamos premios desde hace muchos años y hacemos eventos para intentar ayudar a los artistas. Optamos por hacer algo a Chiquito, hablamos con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y él nos ha autorizado a colocar una estatua suya en una plaza de la ciudad». La pieza, un busto de bronce de casi dos metros, es obra del escultor Rafael Chaparro y será presentada a finales de enero, coincidiendo con la entrega de los Premios Goya en Málaga, la tierra de actor, cantaor y cómico andaluz fallecido en 2017. Pero antes hay que conseguir los fondos necesarios para financiarla: «El coste de son 40.000 euros. Yo tengo tanta fe en que vamos a conseguir el dinero que no tengo mucho que pedir. Sé que la gente se va a entregar. Para nosotros no es nada: es para los malagueños y los españoles». En vista de su generosidad con el ajeno, abordo su supuesta ruina económica, otro frente abierto en prime time. «Yo llevo muchos años invirtiendo y ahorrando. Los humoristas no tenemos casas de discos. Estamos solos y el esfuerzo es terrible. Si salimos a actuar es porque la gente nos quiere. Yo empecé en 1973 y estamos en 2019. A mí el humor me ha servido de plataforma con los negocios. He ganado suficiente dinero para poder invertirlo en lo que he querido. Siempre en la compra de terrenos. Y lo hice por consejo de mi suegro, que era un agricultor de Burgos. Me dijo: “Cuando ganes dinero tienes que comprar tierras. Los habitantes se multiplican pero la tierra cada vez es más escasa. Compra tierras y que tengan agua, para no depender de que otro te la suministre”. Y es lo que he hecho. Estoy muy tranquilo con mi economía».

Una infancia complicada

Llegados a este puerto, Arrocet rememora una infancia complicada en su Buenos Aires natal: «Me fui de casa con 12 años porque me llevaba mal con mi padre. Los primeros días estuve durmiendo en un bajo tapándome con unos cartones. He pasado hambre y, sobre todo, mucho frío. Por eso cuando estaba en “Supervivientes” aquello me parecía una pequeñez comparado con lo que yo pasé y les animaba a todos». Ese niño que jamás regresó a casa triunfó con 21 años en el Festival Internacional Viña del Mar imitando a Nino Bravo. «Te confieso que en realidad quería ser cura. Cuando mis padres se separaron, nos mudamos a Chile y me llevaron interno a un colegio de Salesianos. Los chicos se metían conmigo y me vacilaban. Se lo conté al director y me aconsejó: “Lo que tienes que hacer es imitarles, imitar su acento y reírte”. Y lo hice. Eso me llevó al humor, pero nunca quise ser artista, quería ser cura o médico. Ayudar a la gente. Siempre me ha molestado cuando a la gente le metían miedo con Dios. A Dios hay que pedirle con fe. El día que te entregas con fe y le pides, Dios te lo concede. A mí me da vergüenza pedirle nada a Dios. Yo le doy gracias cuando hago el amor rico, cuando como rico, cuando me lo paso bien, entonces sí le hablo. A mí Dios me lo ha dado todo, he viajado, tengo hijos sanos, le caigo bien a la gente...». El 29 de noviembre cumplirá 70: «Teresa me está organizando una comida y eso será todo. Tengo cuanto necesito para ser feliz». Hasta trabajo, añado yo. Aunque eso no genere tantos titulares. Solo su melena se ha ganado el último de ellos: «Edmundo, con el pelo teñido de rubio»: «He tenido que cambiar el look porque voy a hacer un papel de hindú en una coproducción en la que trabajan estrellas internacionales, como Al Pacino. Interpreto el papel de traidor».

TERESA, ENTRE TELEMADRID Y MOVISTAR

«La gente me pregunta cuándo vuelvo. Quiero que mi carrera no la cierren otros, que la cerremos mi público y yo». Desde que María Teresa Campos finalizó su contrato en con Mediaset, donde llevaba desde 2009, mucho se ha especulado sobre el proyecto que conseguirá su regreso a la pequeña pantalla. De momento, solo hemos podido disfrutarla de invitada de lujo. A mediados de septiembre descorchó el nuevo programa de su amiga Toñi Moreno en Telemadrid, «Aquellos maravillosos años», donde confesó que ya no ve Telecinco pese a que allí trabajan sus dos hijas: «Por las tardes veo “El secreto de Puente Viejo” y a Arturo Valls en “Ahora Caigo”». Un mes más tarde, el 24 de octubre, en «La resistencia», el programa de David Broncano en Movistar, demostró su gran sentido del humor hasta que le preguntaron sobre el bulo de su muerte: «Pusieron el titular para buscar el click». Tanto con Toñi como con Broncano hizo gala de una gran complicidad. ¿Será una de estas cadenas el nuevo destino de la veterana presentadora?