La Razón del Verano

Brad Pitt: El día que Avilés fue Hollywood

La estrella de cine visitó las obras del centro cultural Óscar Niemeyer y logró revolucionar a toda la ciudad asturiana

Brad Pitt visitó las obras del Centro Cultural Óscar Niemeyer
Brad Pitt visitó las obras del Centro Cultural Óscar Niemeyerlarazon

El termómetro rondaba los 25 grados. Eran unos calurosos días (siempre dentro de las temperaturas que se registran habitualmente en el norte de España) de finales del verano de 2009. Hace ya una década desde que los avilesinos comentaban en los corrillos cuándo se inauguraría finalmente el Centro Niemeyer, un complejo cultural llamado a ser un referente no solo en Asturias, sino en todo el país. Muchos miraban con escepticismo las obras que levantaban el proyecto diseñado y donado por el célebre arquitecto brasileño en el medio de la Ría y que llevaban en marcha desde hacía casi un año y medio. «Se va a hundir», apuntaban algunos. Muy pocos veían claro que figuras de renombre internacional fueran a dejarse caer por Avilés, la ciudad asturiana escondida en uno de los puntos más al norte del país. Hasta que saltó la sorpresa.

Un rumor

Al principio parecía solo un rumor, como tantos otros que surgen cada día en las ciudades pequeñas. Pero no, era real. Brad Pitt estaba alojado en el Hotel NH Collection Palacio de Avilés y estaba dispuesto a ponerse el casco de obra para visitar el nacimiento del Centro Niemeyer. Tal fue la sorpresa que, al principio, el actor pudo pasear con cierta tranquilidad por las calles del casco histórico e incluso tomarse algún que otro «culín» de sidra. Nadie daba crédito, nadie podía esperar que fuera él en realidad el que rondaba por las empedradas calles. Los prilegiados que lograron tomarse una foto con él tienen como paisaje el aparcamiento subterráneo de la plaza de España. Fueron la envidia de las decenas de paparazzi que se llegaron a agolpar en las vallas del aeropuerto para inmortalizar al actor.

Situado en pleno centro de Avilés, este hotel de cinco estrellas que Pitt eligió para su escapada se encuentra en el antiguo palacio de los Marqueses de Ferrera, uno de los parajes emblemáticos de la tercera ciudad de Asturias por volumen de población (tras Gijón y Oviedo). Sin duda, es uno de los enclaves favoritos por los habitantes de la Villa del Adelantado para reunirse en ocasiones especiales. Ya era así antes de que pudieran presumir de que el propio Brad Pitt había disfrutado de ese mismo desayuno que siguen ofertando y que sirven en la Capilla que mandaron instalar en su día los ilustres dueños. El por aquel entonces marido de Angelina Jolie se alojó en una de las suites de la segunda planta, esas desde las que se pueden contemplar unas vistas inigualables de los antiguos jardines de los marqueses, ahora convertidos en un parque municipal que linda con el establecimiento. No es difícil encontrar imágenes suyas posando en las emblemáticas ventanas de doble hoja ni tampoco hay que esforzarse mucho para hallar instáneas del momento en el que bajó por la alfombra roja que aún corona las escaleras de piedra.
Pitt pudo comprobar que, entre los innumerables encantos de Asturias, Avilés puede que sea su joya más escondida. Desde hace años intenta acabar con el sambenito de «fea» que arrastra por su pasado y presente industrial. Bien es verdad que el paisaje de los accesos no tiene nada que ver con lo que se puede visitar en su interior. Las empedradas calles del casco histórico (declarado Conjunto Histórico Artístico por el Estado) suponen un reto para las sandalias en verano que vale la pena superar aunque solo sea para refugiarse en sus soportales. De hecho, Avilés es la ciudad más soportalada de nuestro país. Todos los que se dan un paseo ven superadas sus expectativas, en parte gracias a sus monumentales iglesias: la de Santo Tomás de Canterbury es bastantes veces confundida con una catedral; la de los Padres Franciscanos (de la que solo conserva el nombre) es el edificio más antiguo de la ciudad; y la de San Francisco es testigo de algunos de los momentos más emotivos de las celebraciones de la Semana Santa, que cuentan con gran arraigo en esta villa asturiana.