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Lujo y confidencialidad: así es la clínica de desintoxicación en la que estaría ingresada Charlene de Mónaco

Se cree que la princesa está ingresada en una clínica de Zúrich a 300.000 euros las cuatro semanas

Charlène y Jacques, el día de su reencuentro en Mónaco.
Charlène y Jacques, el día de su reencuentro en Mónaco.Palacio de Mónaco

Todo son incógnitas respecto a la bella esposa de Alberto II de Mónaco. Todo se hubiera parado si Charlene de Mónaco hubiera ido el pasado 19 de noviembre a los actos de la fiesta nacional del Principado, como había anunciado su esposo. Sin embargo, su ausencia destapó la caja de los truenos. Y más aún, cuando sus hijos, los pequeños Jacques y Gabriella, se dedicaron a portar pancartas con dibujos añorando a su madre.

Se cree que la princesa está ingresada en una lujosa clínica situada en Zúrich y especializada en adicciones y salud mental donde la identidad de sus pacientes es absolutamente confidencial. La información ha sido revelada por el portal de noticias «Birds Daily». Según este medio de comunicación, la clínica se llama Paracelsus Recovery y además, detallan que el sitio es conocido por las monarquías europeas, «ya que varios miembros se han alojado allí». El lugar se publicita como una de las clínicas privadas más discretas del sector. La web detalla las instalciones de lujo e incide en el equipo de once médicos, que «garantizan en todo momento la confidencialidad». Algo que se le supone a cualquier galeno pero que en este centro se destaca como una virtud. En la clínica Paracelsus, si la princesa Charlene estuviera allí, dispondría de un apartamento de 250 metros y con todo el equipamiento necesario para cuidar de su salud mental y física. Los apartamentos tienen vistas al lago, tienen jardín privado y acceso a limusina y chef privado. «Un enfoque integral 360 grados que aboga por cuerpo, alma y mente». El precio supera los 300.000 euros para las cuatro semanas de estancia.

Por su parte, el hijo de Grace Kelly ha declarado públicamente que su mujer necesitaba descanso y que el motivo de su ausencia no era un problema relacionado ni con intervenciones estéticas ni con problemas de salud mental. Lo cierto, es que los acontecimientos vienen a dibujar a una princesa más frágil que nunca. Ella misma declaró antes de regresar a Europa, que echaba mucho de menos a su marido y a su hijos. El testimonio lo recogió el diario sudafricano «News 24», donde detalló a mediados de julio que la causa de su enfermedad tenía su origen en una infección en la boca previa a la colocación de un implante dental.

Mientras, el Principado de Mónaco encara unas Navidades sin su princesa. La última vez que Charlene de Mónaco participó en un acto fue con motivo de la festividad de San Devota, el pasado 27 de enero. Después se la vio en marzo en el funeral del rey de los zulúes, y más tarde volvió a participar en una campaña para proteger a los rinocerontes. Entre tanto, Alberto de Mónaco muestra su mejor imagen a los medios. Ya es casi impepinable el hecho de que aparezca con su hijos y tenga hacía ellos muestras de cariño.