Suceso
El intento de secuestro de la princesa Ana
La hija de Isabel II fue el blanco fácil para atacar a la casa real británica
En 1974, la princesa Ana, hija de Isabel II, sufrió un intento de secuestro. La joven era el punto de mira de los enemigos de la corona británica . Antes de Lady Di, era la persona más seguida de la realeza y fue el objetivo de Ian Ball, el secuestrador. Su plan fallido consistía en raptar a la hija de la monarca en Sandhurst mientras la princesa montaba a caballo sola o en junto a su marido, el capitán Mark Phillips, que era instructor de tiro en la Real Academia de Sandhurst.
Para el secuestrador hubiese sido lo más fácil hacerlo así. “Habría sido lo más fácil”, dijo Ian Ball a la policía. Esto decía mucho de la mente del secuestrador tras declarar frente a las autoridades, que afirmaba que era la mejor opción para secuestrar a la princesa Ana a poca distancia de muchos soldados y cadetes armados con munición real, alumnos del marido de la hija de la monarca.
La princesa Ana acababa de casarse y el evento se había convertido en el evento más importante de Inglaterra. En noviembre del 73, dio el ‘si quiero’ y fue el acontecimiento más seguido por la población británica. Más de 500 millones asistieron a la boda televisada de la hija de la monarca y, aunque perdía puestos en la línea sucesoria frente a sus hermanos, se convirtió a nivel mediático en la más famosa de la familia, perseguida por todos los medios.
Para Ian Ball, enfermo de esquizofrenia, la princesa Ana era el blanco más fácil de la monarquía en ese momento y creía que capturar a la hija de la monarca era la acción más sencilla para atacar a la monarquía. Y así fue como llevó a cabo el intento de secuestro. Asaltó el coche de la hija de Isabel II y bloqueó su recorrido, acercándose hacia Ana y todos sus acompañantes. Jim Beaton,el equipo especial SO14 y que iba dentro del coche, salió a defender el carruaje y recibió un disparo de parte del secuestrador. El chófer también intentó defender a la princesa Ana pero Ball acabó encañonando a la hermana de Carlos y a su marido.
La respuesta de Ana a Ball pasó a la historia y se ha convertido en una de las conversaciones más recordadas de la realeza británica. “Quiero que venga conmigo un par de días, y quiero dos millones. ¿Le importa salir del coche?, le dijo el secuestrador. “Ni de coña, y no tengo dos millones de libras”, respondió la hija de Isabel II. Finalmente, no llegó a nada y el intento de secuestro se quedó en un susto, pero el suceso ha quedado como una de las anécdotas más famosas de la realeza británica.
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