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Los retoques de la reina Camilla: bótox y blanqueamiento dental

La esposa de Carlos III está en campaña para recuperar la opinión pública y también lograr un cambio de imagen

Camilla Parker, reina consorte
Camilla Parker, reina consorteVictoria JonesAgencia AP

El fallecimiento de la reina Isabel II, el pasado 8 de septiembre, trajo consigo el esperado relevo generacional, que convirtió al príncipe Carlos en rey. Junto a él, Camilla Parker Bowles, el gran amor de su vida, heredaba también el título de reina consorte. Un estatus con el que probablemente nunca soñó, a pesar de ser la mujer en la sombra mientras duró el matrimonio de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales. Por entonces, ya lo confesó Lady Di a la BBC, «éramos tres en este matrimonio».

Cuando finalmente se anunció el divorcio de la pareja real, en agosto de 1996, la amante ocupó un lugar legítimo pero debió hacer frente a la ira de un pueblo entregado a la princesa Diana. La boda de Camilla Parker-Bowles y Carlos de Inglaterra, el 9 de abril de 2005, en Windsor, en una ceremonia civil en el Ayuntamiento a la que siguió una misa oficiada por el arzobispo de Canterbury, no contó con la presencia de la soberana lo que no ayudó a que aumentara su índice de popularidad en las encuestas.

Ahora, convertida en reina consorte y para preparar su futuro como acompañante del rey Carlos III, se ha puesto en marcha una compleja estrategia de comunicación. Y para ganar popularidad, la ex duquesa de Cornualles también se ha prestado a un cambio de imagen, según revela Bertrand Meyer-Stabley en su libro «Majesty» (Pygmalion editions).

Según el autor, Camilla se habría sometido a un blanqueamiento y realineado dental por 10.000 libras esterlinas (unos 11.600 euros). Pero la transformación no queda ahí según el escritor, que también menciona las inyecciones de bótox para corregir las «arrugas de expresión de la frente», la exduquesa se habría sometido a varios «peelings y tratamientos con láser para borrar sus patas de gallo, así como las líneas finas alrededor de sus labios, comúnmente llamadas código de barras». Todo ello animado por su marido que «no habría tenido reparos en seguir las recomendaciones de sus expertos en comunicación y en animar a su esposa a mejorar su imagen para estar a la altura de los estándares que se esperan de un miembro de la familia real», añade Meyer-Stabley que, además, señala que la reina consorte gastó «en seis meses, una suma astronómica».

Camilla Parker, duquesa de Cornualles
Camilla Parker, duquesa de CornuallesChris JacksonAgencia AP

Cambio de estilo

El estilo de vestir de Camilla Parker-Bowles también ha experimentado algún cambio en los últimos tiempos. La reina consorte ha abandonado sus «botas de campo rústicas y sus clásicos pantalones de tweed sin forma», por «trajes de alta costura y vestidos ajustados de Valentino», afirma el autor. Todo ello, después de « perder dos tallas de ropa bajo la supervisión de una reconocida dietista».

En octubre pasado, la revista francesa «Point de Vue» revelaba que la esposa del rey Carlos III había volado a la India para un retiro en un centro de belleza holístico, especializado en terapias de rejuvenecimiento, llamado Soukya y que está dirigido por el doctor Issac Mathai, un médico homeópata que también practica acupuntura, yoga, naturopatía, hidroterapia y meditación mindfulness. Su esposa, Suja Issac, es la encargada de supervisar la parte dietética de los pacientes que acuden allí en busca de un cambio de imagen.

Pero la ex duquesa de Cornualles no es la única británica famosa que se han dejado caer por Bangalore para disfrutar de las terapias del centro Soukya. Otra gran aficionada es la actriz Emma Thompson, quien tampoco duda en pagar unos 850 euros por noche para recibir tratamientos de naturoterapia, acupuntura o reflexoterapia, para liberar las toxinas del cuerpo y depurar el sistema inmunológico.

Melena bob, más juvenil

Durante cuatro décadas ha sido fiel a su icónica melena «shagg» sobre los hombros con un flequillo cortina semiabierto, pero en octubre sorprendió con un corte bob, que ha rejuvenecido su estilo. Se trata de una melena más corta en las capas delanteras, y desfilada para ganar textura en las puntas y enmarcar el rostro. Además, se ha mantenido su flequillo cortina que tanto le gusta lucir y que prácticamente es su sello capilar. También ha unificado su color a un tono vainilla más cremoso para entremezclar con su cabello blanco y conseguir así más luz y un acabado más rubio. Nada parece suficiente teniendo en cuenta que el 6 de mayo de 2023, fecha de la coronación de Carlos III, todos los ojos estarán puestos en ellos.