Así celebrarán los Windsor su primera Navidad sin Isabel II

Este será el primer año que las celebraciones navideñas de la familia real británica estén presididas por Carlos III y la Reina Camilla, tras el fallecimiento de Isabel II. El Palacio de Buckingham ha confirmado que la pareja continuará con una costumbre festiva favorita previamente defendida por el difunto monarca, asistiendo a la iglesia en Sandringham en Norfolk el día de Navidad.

Un anuncio de Royal Communications dice: «Sus Majestades el Rey y la Reina Consorte, acompañados por miembros de la Familia Real, asistirán al servicio matutino el día de Navidad en la iglesia de Sandringham, el domingo 25 de diciembre de 2022». Una ocasión muy querida para los súbditos británicos, ya que la salida les brinda la oportunidad de ver a la realeza de cerca, incluidos el príncipe y la princesa de Gales y sus dos hijos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte, que asistieron en años anteriores.

Una Navidad en la que inevitablemente recordarán a la difunta reina y su marido, Felipe de Edimburgo. Ha sido un año de altibajos para la Familia Real: desde las celebraciones por el Jubileo de Platino hasta la devastación de perder a Su Majestad, antes de enfrentarse a la última polémica de los duques de Sussex, protagonizando su propia serie , y expectantes por el próximo lanzamiento de «Spare», las memorias del príncipe Harry.

El Rey ha optado por mantener la continuidad en la asistencia a la iglesia el día de Navidad, como su madre antes que él, pero ¿qué otras tradiciones reales podría mantener?

La Familia Real envía cientos de tarjetas de Navidad cada año. Para 2023, el rey Carlos III y la reina consorte eligieron una imagen inspiradora tomada en Braemar Gathering, que cerró 2022 con una nota optimista.

Compras en Harrods

Algún año Isabel II se empeñó en hacer sus propias compras navideñas, por lo que Harrods tuvo que abrir sus puertas exclusivamente para ella. Con su enfoque de conciencia ecológica, es posible que el rey Carlos opte por regalos que sean sostenibles o, quizás, de segunda mano.

En lugar de tomar el tren real privado más caro de Londres a Sandringham, la reina y el príncipe Felipe solían tomar un vagón de un tren programado normal de King’s Cross a King’s Lynn para llevarlos a la finca, una semana antes de Navidad. Tal vez el monarca viaje con un estilo similar este año, sorteando eso sí, las huelgas ferroviarias previstas para esas fechas.

A los miembros de la familia que fueron invitados a Sandringham para Navidad con la Reina y el Duque de Edimburgo se les asignaron horarios de llegada escalonados en Nochebuena. Al igual que con los compromisos públicos, los tiempos reflejan el estado dentro de la familia: los miembros más jóvenes llegan primero y los miembros más veteranos al final.

Teniendo en cuenta que es probable que el duque de Sussex pase las Navidades con su familia en California, no parece que vaya a jugarse el tradicional partido de fútbol de Nochebuena que le enfrentaba a él y a su hermano William al personal de Sandringham.

Una vez que todos los miembros de la familia han llegado a Sandringham en Nochebuena, la generación más joven de Windsor agrega las decoraciones finales al árbol de Navidad principal de la casa. El almuerzo navideño tradicionalmente consiste en un entrante de ensalada de camarones o langosta, seguido de pavo asado y de pudín de Navidad con mantequilla de brandy.

Como en España, el monarca transmitirá un mensaje dirigido a todos los súbditos y que suele grabarse unas semanas antes de Nochebuena.

El rey brinda con el chef por el buffet de pavo

Es tradición que los miembros de la realeza británica continúen el festín festivo con su propia versión de un buffet de pavo por la noche. Según el ex chef real Darren McGrady, «justo antes del buffet navideño, el chef principal de turno entra en el comedor y corta el asado de costilla o el pavo o el jamón y, una vez que ha terminado, Su Majestad le ofrece al chef un vaso de whisky y ellos brindan. Esa es la única vez que al chef se le permite la entrada al comedor y toma un vaso de whisky con la Familia Real. Es una de las tradiciones favoritas del cocinero. ¿Mantendrá Carlos III esta tradición?