Contra las cuerdas
Alberto y Charlène de Mónaco: royals, ricos y ¿corruptos?
Claude Palmero, asesor fiscal del hijo de Grace Kelly y el príncipe Rainero durante dos décadas, ha tirado de la manta y ha desvelado las irregularidades contables de la pareja
Alberto de Mónaco apareció hace un mes en Saint-Raphaël, al suroeste de Francia, con unas extrañas manchas rojas en la cara que levantaron todo tipo de especulaciones sobre su salud. El príncipe monegasco acudió allí a un acto oficial en el cementerio de Boulouris para conmemorar el 80 aniversario del desembarco de Provenza en la II Guerra Mundial. La mala cara de Alberto, que acudió al evento, sin Charlène de Mónaco, sorprendió a los asistentes, entre los que destacaban Emmanuel Macron o el expresidente Nicolas Sarkozy. Algo estresante se estaba cociendo en la casa monegasca y no era otra nueva crisis con su esposa. Y es que Claude Palmero, asesor fiscal del hijo de Grace Kelly y el príncipe Rainero durante dos décadas, había decidido tirar de la manta y desvelar las irregularidades contables de la pareja royal. Optó por filtar la información al prestigioso diario «Le Monde», dándole así un marchamo de veracidad a las acusaciones, las cuales eran muy graves, ya que los cuadernos de Palmero contenían pruebas de una comisión de delitos como la compra de jueces, la extorsión a periodistas, impunidad fiscal, sociedades en paraísos fiscales y un montante estimado de 258 millones de euros bien protegidos de la Hacienda pública monegasca. Lo más jugoso y carne de tabloide ha sido saber la cuantía exacta que cobran sus hijos ilegítimos. Por ejemplo, Jazmin Grace, con la que continúa compartiendo momentos de ocio, recibe una compensación trimestral de 79.000 euros, además del apartamento de lujo en Nueva York de tres millones de euros. O Nicole Coste, a quien le abrió una tienda de Londres por 350.000 euros con dinero presuntamente irregular.
La pétrea y atlética Charlène de Mónaco también se ha llevado su parte. Ella que siempre ha despertado la compasión internacional con su tristeza patológica, se ha revelado como una gastona empedernida. Cobra anualmente 1.5 millones de euros, llegando a gastarse algunos ejercicios 15 millones de euros. La noticia es que los potentes abogados de Alberto de Mónaco han conseguido imputar al filtrador y ahora Claude Palmero se enfrenta a un delito de revelación de secretos y tal vez, se curse el derecho al honor. Este pasado miércoles, el nuevo enemigo público del matrimonio fue detenido por la Policía bajo el cargo de «violación de la confidencialidad, inavsión de la privacidad y recepción de los beneficios de dos delitos». La vida del filtrador es compleja, hay mil ejemplos. Palmero está en libertad después de declarar. Se avecina guerra en Mónaco.
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