¿Es posible lograr ser una referencia de estilo pese a haber superado la barrera de los ochenta años? La respuesta, al menos si atendemos a las últimas apariciones públicas en las que la Reina Doña Sofía se ha dejado ver vestida de gala, es, claramente, sí. La madre de Felipe VI ha sabido reinventar su propio estilo en los últimos años y la clave de esto la tiene un joven diseñador toledano: Alejandro de Miguel.

Con un conjunto firmado por él, con pantalón negro y chaqueta blanca bordada en pedrería, anoche la Reina volvió a ser una de las grandes protagonistas en la entrega de los Premios Princesa de Asturias.

El creador, que cuenta con un espacio donde atiende a sus clientas en la calle Ayala 15 de Madrid, parece ser el encargado de darle un aire más contemporáneo a las apariciones públicas de la que en los años 80 y 90 fue considerada una de las mujeres más elegantes del mundo. «Es un orgullo», reconocía en conversación telefónica con este periódico cuando nos acercamos a él para interesarnos por su trabajo para Doña Sofía. De hecho, pocas palabras se le pueden sacar más al modista, que está dispuesto a seguir a rajatabla la discreción que un personaje de esta talla requiere. «No puedo negar que es clienta, pero prefiero no comentar más al respecto. Solo puedo decir que es maravilloso haber recibido esta confianza».

De sus manos y sus bocetos han salido algunos de los trajes más comentados de Doña Sofía en los últimos meses. Suyo es el espectacular diseño con el que la vimos en la boda de la princesa Teodora con Matthew Kumar en Atenas a finales de septiembre. Se trató de un diseño dos piezas en color fucsia donde destacaba, entre otras cosas, la amplia falda pantalón plisada que lucía. La parte superior, de manga larga, destacaba por el elegante drapeado que lo cruzaba, que recordaba a las bandas que suelen lucir en las cenas de gala, y el vivo en plata. La Reina lo completaba con uno de sus broches favoritos, en forma de lazo calado en platino y diamantes.

Otro de los muy comentados diseños de De Miguel con los que hemos visto a Su Majestad es el traje que eligió para la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida con Teresa Urquijo. En esa ocasión, escogió un tono azul y una creación de pantalón y americana. Esta última dio mucho que hablar por el espectacular trabajo de flores que lucía en la parte izquierda, pensadas para aportar feminidad al conjunto, así como romper la monotonía del traje.

La foto que Carla Pereyra se hizo con Doña Sofía fue la que nos ayudó a ver con detalle la propuesta, ya que la madre de Felipe VI no acudió a la iglesia. Con más detenimiento lo pudimos ver unas semanas después en la sede del Paseo de Recoletos del BBVA, adonde acudió para una entrega de premios. En esta ocasión, sustituyó el top azul a juego con el traje por uno blanco, y el collar de tres vueltas por uno de perlas.

Doña Sofía lleva ya varios años confiando en el buen hacer de este creador que comparte con otras famosas de nuestro país. De Miguel, por ejemplo, fue en quien Ana Obregón confió para su reaparición en las Campanadas de 2021.

Eso sí, Doña Sofía suele reservar estas piezas para momentos que exigen cierta etiqueta. Para citas más casuales, prefiere la combinación de chaqueta en tonos oscuros y pantalón, que bien puede combinar con alguna blusa en seda con algo más de color y el sinfín de pulseras y collares que tan a gusto luce en su día a día.

Una de las preguntas que sí aceptó contestar el manchego a nuestro periódico fue si le daba vértigo el estar incluido en la lista de diseñadores que han vestido a la Reina, sabiendo que en ella se incluyen nombres de la talla de Valentino, Elio Berhanyer o Jean Desses: «Es una maravilla».

Este último, de origen egipcio, fue quien se encargó de su vestido de novia y de algunos de sus primeros «looks». Después de él, le tocó el turno a Elio Berhanyer, que hizo de Doña Sofía una princesa ye-yé con algunas de las creaciones más divertidas, elegantes y pop con las que hemos visto a un miembro de la realeza. En aquellos momentos, la entonces Princesa de España no tenía problemas en lucir el patrón de colores y los cortes de trajes que le aconsejaba el modista de Úbeda, con el que, al parecer, terminó de manera drástica la relación a raíz de un malentendido. Margarita Nuez fue durante muchos años también la encargada de vestir a la Reina. De Miguel puede presumir de figurar también en este listado, así que el vértigo bien puede estar justificado.