Así fue la histórica boda de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco: el "sí, quiero" que acercó la realeza a Hollywood

Sesenta y nueve años han pasado ya desde que medio mundo se detuvo aquel 18 de abril en el que el príncipe Rainiero III de Mónaco y la estrella de Hollywood Grace Kelly unieron sus vidas. El próximo 2026 celebrarían sus bodas de titanio, 70 años de un enlace que no solo marcó una época, sino que elevó a la actriz estadounidense al estatus de realeza europea.

Fue un acontecimiento sin precedentes que capturó la atención de millones de personas en todo el planeta, que siguieron las nupcias a través de sus televisores, todavía en blanco y negro. Tal y como marcaba la ley monegasca, la unión se llevó a cabo en dos partes, una civil y más austera, el 18 de abril, y la religiosa y pomposa, al día siguiente.

La primera se celebró en el Salón del Trono del Palacio del Príncipe, en presencia de 80 invitados, incluyendo familiares y figuras políticas de alto nivel. Grace Kelly lució un traje de encaje color champán diseñado por Helen Rose, la misma diseñadora que confeccionaría su legendario vestido de novia que luciría menos de 24 horas después.

Al día siguiente, el 19 de abril, se realizó la ceremonia religiosa en la Catedral de San Nicolás, en una misa nupcial oficiada por el arzobispo de Mónaco. Grace caminó hacia el altar acompañada por su padre, enfundada en un vestido de seda y encaje que tardó más de seis semanas en confeccionarse y que aún es considerado uno de los más icónicos de la historia. Más de 30 millones de personas siguieron la ceremonia por televisión, en lo que fue uno de los primeros eventos reales transmitidos a nivel internacional. Tres años antes era la Reina Isabel II la que abría la veda al televisar su propia coronación en la Abadía de Westminster de Londres, iniciando así una nueva era que acercaba la monarquía al pueblo.

La boda de Grace Kelly y el soberano monegasco congregó a cerca de 600 invitados, entre ellos aristócratas europeos, diplomáticos y celebridades de Hollywood como Ava Gardner, Cary Grant y Gloria Swanson. El banquete nupcial, que incluyó langosta y champán, fue tan fastuoso como el vestido de la novia y el entusiasmo popular. Mónaco se vistió de gala durante varios días, con fuegos artificiales, desfiles y celebraciones abiertas al público.

El matrimonio de Grace y Rainiero marcó el inicio de una nueva etapa para Mónaco. La unión no solo consolidó el prestigio internacional del principado, sino que transformó su imagen de paraíso fiscal discreto a destino turístico de glamour. Grace Kelly renunció a su carrera en Hollywood para asumir sus funciones como princesa, y Rainiero consolidó un reinado que se mantuvo por más de 50 años.