Carlos III: «Debemos cuidarnos unos a otros»

En los momentos complicados para la familia real y la propia institución monárquica, Carlos III tiene más presente que nunca las palabras de su madre Isabel II: «Tenemos que ser vistos para ser creíbles». Pese a estar apartado de la agenda pública por el tratamiento del cáncer que padece –cuyo tipo no se ha revelado– el monarca, de 75 años, quiere seguir estando presente entre los británicos.

De ahí el mensaje del jefe de Estado que pudo escucharse el Jueves Santo en la Catedral de Worcester donde tuvo lugar la tradicional misa conocida como «Royal Maundy». «El compromiso que hice en el comienzo del servicio de Coronación fue seguir el ejemplo de Cristo para servir, no ser servido. Eso siempre he intentado hacer y sigo haciendo, con todo mi corazón», recalcó.

En una ceremonia que se remonta a 1662 y que conmemora el momento en que Jesús lava los pies de los apóstoles en la Última Cena, la tradición marca que el rey reparta donativos al mismo número de personas que años tiene. En este caso, 75 mujeres y 75 hombres destacados por su servicio a la comunidad recibieron unas monedas especialmente acuñadas en sendos monederos rojo y blanco.

Ante la ausencia de Carlos III, fue la reina Camilla, de 76 años, la encargada de distribuir los obsequios, convirtiéndose así en la primera reina consorte de la historia en asumir el papel del monarca en esta ceremonia tan destacada en la agenda de La Firma.

Con un abrigo de cachemira color crema, un sombrero marrón y dos broches de oro y zafiro a juego que pertenecieron a Isabel II, sonrió ampliamente y posó ante los fotógrafos antes de entrar en la Catedral. Ante las bajas del rey y Kate es ella la que lleva ahora el peso de la Corona en los actos públicos.

El mensaje de Carlos III fue grabado en el Palacio de Buckingham a principios de este mes, varias semanas después de que revelara que padecía cáncer, pero antes de que la princesa de Gales anunciara el viernes de la semana pasada que ella también estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia contra el cáncer en un video que causó gran conmoción.

Si bien Carlos III no se refirió específicamente a los momentos delicados que atraviesa la familia, sus palabras estuvieron cargadas de significado. «En este país somos bendecidos por todos los diferentes servicios que existen para nuestro bienestar. Pero más allá de estas organizaciones y su personal desinteresado, necesitamos y nos beneficiamos enormemente de quienes nos extienden la mano de la amistad, especialmente en un momento de necesidad», matizó.

En definitiva, un agradecimiento a los mensajes de apoyo que están recibiendo, pero también quizá una petición a la privacidad que ha pedido para afrontar la situación. El Palacio de Buckingham publicó ayer una fotografía tomada en el momento que el monarca grabó el video. A lo largo de estas semanas, la residencia oficial de Carlos III y Camilla ha ido proporcionando continuamente imágenes por los canales oficiales donde se puede ver al monarca atendiendo sus deberes como jefe de Estado, entre ellos, las reuniones semanales con el primer ministro. Esto ha contrastado con el absoluto secretismo con el que el Palacio de Kensington trató la enfermedad de Kate. Una estrategia muy criticada que tan solo alimentó teorías de conspiración. De ahí que finalmente la semana pasada se apostara por la total transparencia con un vídeo en el que la propia Kate contaba la realidad.

Kate, sin fecha de reaparición

El momento elegido para revelar la impactante noticia se hizo coincidir con las vacaciones escolares de Semana Santa para que los príncipes de Gales puedan tener tres semanas de máxima intimidad para gestionar y aceptar una noticia difícil de contar a sus tres hijos pequeños, George, de 10 años, Charlotte, de 8 y Louis, de 5. A mediados de abril, el príncipe William, heredero al trono, retomará su agenda pública. Pero no hay fecha prevista para la reaparición de Kate. Tampoco la hay para la de Carlos III. Aunque, de manera puntual, está previsto que el monarca esté presente este domingo en la misa de Pascua. Su reaparición calmará a los británicos en estos momentos tan delicados para la Monarquía.