Carlos III y Harry no se ven, a pesar de estar a tres kilómetros

El príncipe Harry aterrizó el pasado martes en su ciudad natal para participar en varios encuentros vinculados a los Juegos Invictus, donde participan exmilitares de guerra heridos en combate. La primera parada se produjo el mismo 7 de mayo, en la sede de la Antigua y Honorable Compañía de Artillería para una cumbre en la que el duque dio un emotivo discurso. «Ha sido un honor ver crecer a la Fundación Invictus Games a lo largo de los años; lo que comenzó como una visión para rendir homenaje al coraje y la resiliencia del personal de servicio herido y enfermo, y a los veteranos, ha florecido en una organización internacional construida sobre la esperanza, la fuerza y la unidad», aseguró. «Juntos, hemos creado un legado que trasciende el deporte; una comunidad que abraza la compasión, el respeto y la confianza inquebrantable en el poder del espíritu humano», agregaba sobre una competición que convirtió en motivo de un documental dentro de su acuerdo con Netflix.

Este miércoles, asistía a un acto de Acción de Gracias para marcar el décimo aniversario de los Juegos en la catedral de San Pablo de Londres, donde también protagonizó una lectura. Según recogían en los días previos varios medios británicos, el duque extendió la invitación a toda la familia real, pero todo apuntaba, desde el primer momento, a que ningún miembro de La Firma estaría presente.

El rey, por su parte, tiene una agenda «apretada» esta semana que no le deja tiempo para reunirse con su hijo. Carlos III retomó su agenda oficial, que «se gestionará cuidadosamente para minimizar cualquier riesgo para su salud», el pasado 30 de abril, después de casi tres meses desde su operación de agrandamiento de próstata en la que le diagnosticaron que padece cáncer. Además de limitarse a audiencias en palacio y actos en familia, el soberano ha mantenido su tratamiento contra esta enfermedad, lo que implica citas regulares al hospital.

El monarca presidía este miércoles, 8 de mayo, la primera fiesta que se celebra en los jardines del Palacio de Buckingham. Un acto en el que se vivió un momento emotivo de lo más inesperado cuando, después de sonar el himno nacional, el público rompió en aplausos en honor a Carlos III. El evento se desarrolló unas horas antes de que el duque de Sussex acudiera al servicio de Acción de Gracias con motivo de los Juegos Invictus, competición multideportiva con la que está muy implicado. Tras tres días en la capital británica Harry volará a Nigeria, donde se reunirá con Meghan Markle.

«Normalmente, Harry se encuentra a 8.000 kilómetros de su padre, en California. La feliz coincidencia va a hacer que este miércoles estén a solo tres kilómetros», comentaba una fuente al diario británico «The Sun». «Lamentablemente esto no será posible debido a la apretada agenda de Su Majestad. El duque es consciente de la agenda de su padre, sus compromisos y otras prioridades diversas, y espera poder verle pronto», anunciaban los propios portavoces de Harry.

Nuevo varapalo al duque

El príncipe William tomará la próxima semana posesión del rango de Coronel en Jefe del antiguo regimiento, un título que le otorga su padre, y que estaba destinado a su hermano Harry, ya que estuvo en ese regimiento hasta 2014. El nombramiento es consecuencia de su renuncia a formar parte de la realeza y, por lo tanto, al desempeño de funciones oficiales y cargos de representación de la Corona. Así lo ha anunciado Buckingham, destacando que el príncipe William recibirá el testigo de su padre, que desempeñó este cargo durante 31 años. El nombramiento coincidía con la estancia de Harry en suelo británico.