Pendientes del Papa Francisco

Carlos III y la reina Camila: una visita a Italia en suspenso

El Papa Francisco, aún enfermo, podría alterar la agenda real antes de Semana Santa

Carlos III y Camilla en Edimburgo
Carlos III y Camilla en EdimburgoGtres

Han pasado dos décadas desde que el entonces príncipe de Gales y Camilla Parker-Bowles vieron su boda aplazada por la muerte de Juan Pablo II. Ahora, veinte años después, la historia parece estar a punto de repetirse. La visita de Estado de los monarcas británicos a Italia, programada entre el 7 y el 10 de abril, pende de un hilo debido a la frágil salud del Papa Francisco.

El Pontífice, de 87 años, lleva hospitalizado desde el 14 de febrero a causa de una bronquitis que evolucionó en neumonía. Aunque su estado ha mostrado signos de mejoría, la incertidumbre persiste. En una muestra de cortesía diplomática, el Palacio de Buckingham confirmó que Carlos III envió una carta privada al líder de la Iglesia Católica deseándole una pronta recuperación. Un gesto que resuena con especial simbolismo dado el historial de coincidencias entre la realeza británica y los momentos críticos en el Vaticano.

Las palabras de aliento no se han limitado al monarca. Funcionarios de la Casa Real británica han expresado públicamente sus "esperanzas y oraciones" por la salud del Papa, al tiempo que reconocen que su estado podría obligar a replantear la agenda del viaje. Fuentes cercanas a la familia real aseguran que existe disposición para hacer "modificaciones" si la situación lo requiere, manteniendo abierta la posibilidad de ajustes de última hora.

Más allá del protocolo, este viaje representa un hito significativo: sería la primera audiencia privada de Carlos III con el Papa Francisco desde su ascenso al trono. La expectación es alta, no solo por la reunión en sí, sino por lo que podría simbolizar en términos de relaciones diplomáticas entre la monarquía británica y la Santa Sede.

Por ahora, la incertidumbre reina en ambos palacios. Con Semana Santa a la vuelta de la esquina, la decisión final dependerá de la evolución del estado de salud del Papa. Si algo ha demostrado la historia reciente es que, cuando se trata de la realeza británica y el Vaticano, el destino parece tener un inusual sentido de la sincronía.