Reino Unido

Carlos III toma una drástica e impopular decisión para sanear las cuentas de la Corona

Reducir el déficit ha sido uno de sus principales objetivos desde que llegó al trono tras la muerte de su madre, la Reina Isabel II

El Rey Carlos III en Windsor
El Rey Carlos III en WindsorGtres

Uno de los principales objetivos del Rey Carlos III al llegar al trono era sanear las cuentas de la Corona. El monarca adoptó diferentes medidas, pero parece que no han sido suficientes para equilibrar la balanza de gastos e ingresos. Es por esto que se ha visto obligado a tomar una drástica e impopular decisión relacionada con una de las joyas de su patrimonio, el castillo de Windsor.

Ubicado en el municpio de Kensington y Chelsea, una vieja orden del Royal Collection Trust, la entidad que gestiona las propiedades y bienes de la Familia Real, permitía a los habitantes de la zona visitar el palacio del siglo XI totalmente gratis. Una exención que permitía a los oriundos acceder a este importante monumento histórico tan solo presentando un comprobante de domicilio.

Sin embargo, a partir del 1 de junio, esta prerrogativa será revocada y los habitantes del municipio de Kensington y Chelsea deberán abonar un 50 % del precio total de la entrada al castillo de Windsor, es decir, unos 20 euros.

Una medida cuyo único objetivo es redituar todavía más el patrimonio de la Corona y que no ha sentado del todo bien a los afectados, los vecinos de la zona, que se quejan de algunas molestias derivadas de vivir cerca del castillo que ahora sufren a cambio de nada. "La ciudad y el castillo disfrutan de una relación simbiótica. Estamos orgullosos del castillo y de nuestras conexiones con la Corona, pero hay una carga que compartir. Windsor recibe a más de un millón de turistas al año, lo que provoca cierto tráfico y problemas en la ciudad", comenta a "Maidenhead Advertiser" Jack Rankin, un político del partido conservador candidato al Parlamento por el distrito electoral de Windsor en los próximos comicios.

Castillo de Windsor
Castillo de WindsorLa Razón

No es la primera vez que bajo el reinado de Carlos III se utiliza el patrimonio de la Corona para engrosar sus cuentas. El pasado mes de abril se daba a conocer que el castillo de Balmoral abría sus puertas al público por primera vez desde su construcción en 1855. Las entradas se pusieron a la venta a un precio de 100 libras esterlinas, y se agotaron en cuestión de pocos minutos. Las visitas se extenderán a lo largo de un mes y se limitarán a diez personas por día, por cuestiones de seguridad y conservación.

La explotación de sus bienes y patrimonio confieren a la Corona varios millones de libras al año, y solo la venta de entradas del palacio de Buckingham, el castillo de Windsor y el de Holyroodhouse, en Edimburgo, suponen más de 40 millones para la Casa Real.