Christian de Dinamarca huye a África: un año sabático huyendo de la polémica

Después de haber acabado con buena nota la secundaria en el Ordrup Gymansium, el príncipe Christian de Dinamarcanecesita un tiempo para reflexionar. Está llamado a ser el próximo rey de los daneses, sucesor al trono de su padre, el Rey Federico X, y su madre, Mary Donaldson. Pero parece que tan pesada responsabilidad sobre sus jóvenes hombros le han empujado a hacer un parón necesario para ver cómo desea encaminar su vida. Lo hará tomándose un año sabático que le dejará fuera este año de la universidad, su siguiente paso a tomar en su escalada hacia el reinado. Pero no solo aparca los estudios, sino que también ha decidido no tomar la formación militar necesaria para cumplir con su destino real, como así está haciendo su homóloga española, la princesa Leonor, ahora en Marín en su tercer año de formación militar. Él, por su parte, desea viajar, descubrirse a sí mismo y ver cuáles son sus fortalezas. Algo que le ha llevado a hacer las maletas para instalarse en África.

Ante la incertidumbre reinante sobre el futuro de Christian de Dinamarca, desde Casa Real han querido despejar dudas, explicando cuáles serán sus próximos pasos en los próximos meses. Una ruta que le llevará al continente africano, donde viajará el próximo 4 de septiembre, para ponerse a trabajar en una granja. Parece una labor impropia para un príncipe heredero, aunque es su firme deseo de sudar la gota gorda haciendo las labores propias de este tipo de explotaciones, además de controlar el funcionamiento de otras dos zonas agropecuarias. Con ello, tal y como han detallado oficialmente, no solo ejercerá de granjero propiamente dicho, sino que también estará ocupando labores administrativas propias de este tipo de actividades.

Un trabajo que, en principio, desempeñará los próximos tres meses. Hasta el próximo mes de diciembre no está previsto el regreso del hijo de Federico X de Dinamarca y Mary Donaldson. Lo hará para ocupar de nuevo el papel institucional que representa, al ser el heredero al trono danés, aunque después de un necesario año sabático en el que permanecerá alejado del foco mediático. Así lo ha expresado ya a través de Casa Real, dejando claro que permanecerá en la más estricta intimidad todo detalle de su estancia africana, así como de sus movimientos posteriores, hasta que decida retomar sus estudios en la universidad y, posiblemente, también su formación militar aparcada por el momento. Un ostracismo que entiende vital después de vivir el año más convulso de su vida, con su padre en el ojo del huracán al ser acusado de presunta deslealtad con Genoveva Casanova, meses antes de ocupar el trono.

“La pareja real y el príncipe heredero esperan que se entienda que la estancia en el extranjero será privada de principio a fin. Por ese motivo, no se publican más detalles sobre la estancia”, advierten de antemano desde el palacio danés, para evitar posibles quejas cuando no se sepa nada del príncipe Christian los próximos tres meses, hasta diciembre. Algo que, por otro lado, es común en la monarquía de Dinamarca, el hacer un parón de un año para centrarse en el desarrollo personal a través de la formación en otras áreas alejadas de la rutina palaciega. Así hizo su padre, el rey Federico, en sus años mozos cuando se instaló en Mongolia en 1989, o cuando trabajó en una finca vinícola de California. Lo mismo que su abuela, la reina Margarita, que hizo lo propio en América del Sur y del Este en la década de los 60.