El collar de Pascua de Doña Sofía

Desde los años 90, la Familia Real española había instaurado una tradición en la Semana Santa: la misa de Domingo de Resurrección en Palma de Mallorca. Allí, en la puerta de la catedral, se reunían los reyes junto con el Principe de Asturias y las infantas, en una estampa que se había convertido ya en un retrato que año tras años nos iban narrando el devenir de los Borbones españoles. Vimos encuentros y desencuentros, así como la familia aumentaba con los matrimonios y nacimientos, para luego ir disminuyendo por divorcios y escándalos hasta quedarse en su esqueleto más básico.

Esta reunión familiar quedaba lejos de las costumbres de sus predecesores, que tenían el Palacio Real como núcleo. En tiempos de Alfonso XIII, era costumbre un gran desfile de palmas por los pasillos de palacio el Domingo de Ramos, que el monarca lavara los pies de varios pobres de Madrid (previamente vestidos, duchados y perfumados por los asistentes de Su Majestad) en Jueves Santo u otro desfile con la Reina como protagonista el Domingo de Resurección. Todo con el consiguiente boato propio de uno de los protocolos más estrictos de Europa y con la colaboración de la aristocracia más destacada de cada momento.

Pero ya nada queda ni de lo más antiguo ni de lo más moderno. Un año más, Don Felipe y Doña Letizia no acudirán a Mallorca en Pascua, dando así parece por enterrada esta tradición con casi un cuarto de siglo de historia. La única que parece resistirse a abandonar esta costumbre es la reina Sofía, que lleva ya unos días instalada en Marivent, y que se ha erigido como la mayor defensora de las estancias de la Familia Real en la isla mediterránea. Ella es mujer de tradiciones y tiene claro que ese es uno de los fundamentos de las monarquías.

De entre esas tradiciones que defiende, está una que le viene de su herencia griega y es el ya famoso collar de huevos de Pascua que solía lucir los Domingos de Resurrección. Si la Reina Victoria Eugenia cuentan que añadía dos chatones de diamantes a su famoso collar con motivo del nacimiento de sus hijos o cualquier otra fecha señalada, la reina Sofía hacía lo propio con su joya de huevos que ha llegado a tener más de 30 de estos curiosos accesorios.

El collar se ha convertido en una de sus piezas más conocidas, aunque ahora se vea poco, y lo cierto es que, además, cuenta con un gran valor no solo sentimental sino tambien económico. Según se sabe, la reina ha ido incrementando el número de huevos poco a poco, adquiriendo piezas en anticuarios o recibiendo estos huevos como obsequio. Algunos de ellos, incluso, fueron encargo de Don Juan Carlos I a la joyería Ansorena, aumentando así el «precio» de esta joya que Doña Sofía ha lucido de varias formas. Le hemos visto (sobre todo al principio, cuando la cantidad no era tan grande) lucirlos todos juntos en una cadena, aunque actualmente los tiene colgados de manera que se puedan contemplar perfectamente en su conjunto. Estos diseños imitan, además, las creaciones que a finales del siglo XIX y principios del XX realizó el prestigioso joyero Fabergé para la corte de los zares de Rusia.

Joyas reales

Pero la emérita no es la única que disfruta de estos tesoros en su joyero. El amplio joyero de la Familia Real española incluye desde la boda de Don Felipe y Doña Letizia otro huevo de Pascua, regalo del joyero Maxim Voznesensky a la entonces Princesa de Asturias por su esponales. Se trata de un diseño conformado por una perla rodeada de diamantes que ofrece una visión minimalista de los famosos huevos rusos.

Esta es una de las joyas que nunca se ha visto lucir a Doña Letizia. Pero no es la única. Sucede lo mismo con la tiara de oro de 25 diamantes y cinco perlas que le regaló la joyería Carrera y Carrera, o, quizás el caso más llamativo, el de la famosa e histórica perla La Peregrina, que forma parte de las llamadas «joyas de pasar» y que a la actual reina todavía no le hemos visto llevar.

Se desconoce cuál será el futuro de los huevos de Pascua, aunque sí se los hemos visto en varios ocasiones a las infantas, por lo que tampoco sería muy descabellado que si al final Doña Sofía deja de usar la joya, reparta las piezas entre sus hijas y nietas. Y visto el aprecio que le tiene Doña Letizia a estas piezas, dudamos que le toque alguno.

Vacaciones privadas

Otro año más, y con este ya van cuatro, los reyes de España no recalarán en Palma de Mallorca durante la Semana Santa. Lo que tiempo atrás supuso el acto social más importante de la primavera en la escena más íntima de la Familia Real, se ha ido desfigurando. La agenda de los reyes está vacía durante estos días, por lo que todo hace indicar que sí que tendrán vacaciones, pero que han decidido abandonar el tradicional compromiso con la isla. La que sigue fiel es Doña Sofía, que llegó hace unos días acompañada de su hermana Irene, y que ya ha tenido diversos compromisos sociales.

Se sabe que la princesa Leonor tiene vacaciones desde el pasado día 6 y se presume que aprovechará estos días para reunirse con sus padres los reyes de España, así como con su hermana, la infanta Sofía. Esta última, según avanzaba el portal web «Vanitatis» va a tener estas fechas ocupadas, ya que participará en un retiro previo a su confirmación, que tendrá lugar el próximo 25 de mayo. Se han barajado distintas posibilidades para los destinos de la familia estos días, desde algún lugar en el extranjero a visitar alguno de los rincones de España afectados por el fuego en las últimas semanas, pero lo cierto es que parece que todo se va a llevar con la máxima discreción, ya que hasta el próximo día 11 no aparece ninguna cita en la agenda de la Familia Real, día en el que acudirán al Bicentenario del Ateneo de Madrid.

Leonor, por su parte, tendrá que estar de vuelta en Gales para el domingo 16 de abril, día en el que retoma su habitual actividad escolar. La princesa afronta de esta manera sus últimas semanas en el UWC Atlantic College, al que el curso que viene acudirá su hermana.