
Anécdota
Cómo acabó la reina Camilla en una cabina telefónica londinense
La esposa de Carlos III ha retomado con fuerza su agenda después de su verano en Balmoral

Después de pasar una buena temporada en Balmoral, rodeada de sus nietos adolescentes, la reina Camillaha retomado su agenda real en Londres. Uno de sus primeros actos ha sido la inauguración del Pabellón Artplay, una nueva zona de juegos infantiles, y el Jardín de Esculturas de la Galería de Arte de Dulwich, donde fue recibida por un grupo de niños que sacaron su carácter más divertido.
Diseñado por los arquitectos Carmody Groarke y los artistas de HoLD Collective, este espacio une el arte antiguo con la imaginación infantil. No se exhiben pinturas de Poussin ni Canaletto, pero sus atmósferas se traducen en formas, materiales y luces que se pueden tocar, escalar o explorar.

Uno de los momentos más divertidos fue su encuentro con una de las legendarias cabinas telefónicas rojas, uno de los símbolos de la capital británica. Al verla, quiso saber cuántos niños pueden caber. Encantados con el desafío, los niños corrieron hacia la cabina. La reina bromeó y conversó con ellos. "¿Crees que yo también podría caber ahí?", preguntó. Los pequeños, encantados, asintieron. Entre risas, la esposa de Carlos III acabó en la cabina telefónica.

Las cabinas rojas de Londres fueron diseñadas por Giles Gilbert Scott en 1924 y son un icono cultural británico. Se eligió el color rojo para que fueran fácilmente visibles en las calles del Reino Unido y sus colonias. Son conocidas como "kioscos" y el modelo más popular fue el K6, introducido en 1935. Aunque hoy en día casi no se usan como teléfonos, permanecen como un símbolo estético y cultural.
Siguen apareciendo en películas, series y fotografías turísticas. Además, muchas han sido reutilizadas para otros usos como pequeñas bibliotecas o kioscos decorativos. La corona estampada en la parte superior representa el gobierno británico, reforzando su estatus como ícono oficial.
Unos metros más allá, Camilla topó con unos toboganes de la guardería Dulwich Village, pero ahí se rindió: "¡No voy a bajar por los toboganes!", advirtió sonriendo. Prefirió observar cómo se deslizaban los escolares. Su siguiente parada fue el Jardín de Esculturas.

La reina quedó visiblemente impresionada por la serie de obras inspiradas en "La muchacha en la ventana" de Rembrandt. Antes de irse, dos escolares le entregaron una bolsa de regalo de la galería y flores. "Muchas gracias. Me siento muy afortunada", dijo agradecida.
El fin de verano ha estado marcado para la esposa de Carlos III por la publicación del libro "Poder y Palacio", de Valentine Low, que recoge un episodio de su adolescencia, cuando fue víctima de un intento de agresión sexual del que pudo defenderse de forma feroz. Fue en un tren de camino a Paddington y ella tenía unos 16 o 17 años.
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