Estilo
Descubrimos la joyería secreta de las perlas de la Reina Sofía en Asturias
La madre de Felipe VI es una gran aficionada, revelamos su joyero y su lugar donde compra en Oviedo
Esta semana, la Reina Doña Letizia destacaba en el Palacio Real, durante el almuerzo con el presidente de Egipto, El-Sisi, gracias a uno de los broches pertenecientes a las joyas de pasar. Se trataba de una gran perla gris rodeada de dos filas de diamantes. Esta joya, como es ya tradición en la Familia Real española, pasa de reina a reina, de manera que Doña Sofía tuvo que «desprenderse» de ella cuando Felipe VI accedió al trono, perdiendo así una de las perlas más espectaculares del joyero a su disposición.
Eso sí, la madre de nuestro actual monarca poco o nada tiene que envidiar al joyero de su nuera, y es que Doña Sofía ha ido acumulando a lo largo de los años uno de los tesoros más espectaculares de las cortes europeas, en el que destacan, por su cantidad y calidad, las perlas. No se puede negar que la que fuera primera reina de nuestro país tras la llegada de la democracia siente verdadera pasión por estos objetos que producen las ostras. De hecho, suele usarlas para remarcar algunos de los momentos más especiales de su vida, como por ejemplo, fue el día en el que Felipe VI accedió al trono. Aquel 19 de junio, en el Congreso de los Diputados, pudimos verla con una de sus piezas más espectaculares: un impresionante collar de perlas australianas de grandes dimensiones del que colgaba, además, su pendentif de cabujón de rubí rodeado de dos filas de diamantes. Este broche, heredado de su madre, la Reina Federica, es otro de los comodines que emplea para indicar cuándo una fecha es especial, y suele colgarlo de este u otros collares de perlas.
El modelo al que hacemos referencia lo adquirió en la joyería Quirós de Oviedo, uno de sus lugares de referencia a la hora de incorporar más piezas a su joyero. De allí procede también otro juego de perlas que posee. Se trata de unas perlas Kasumiga, consideradas unas de las más valiosas del mundo, en diferentes colores y que suelen lucir en distintas versiones: bien llevando uno, dos o tres collares juntos o, incluso, uniéndose para crear un diseño más largo. La última vez que le vimos, por ejemplo, con la versión de dos collares fue hace unos días en París, en el aniversario de la ópera de la capital francesa (volviendo, por tanto, a destacar una cita usando perlas).
Una de las piezas personales más espectaculares que posee Doña Sofía y que también tiene a las perlas como protagonistas es el collar que adquirió en subasta Don Juan Carlos en 1988. Se trata de una creación de la joyería Mellerio que, además, tiene un gran vínculo con la Familia Real, al haber sido comprado por la Reina María Cristina y regalado por ésta a la Infanta María Paz. Está realizado en oro y cuenta con diez grandes perlas grises y diez grandes diamantes.
A estos diseños hay que sumar prácticamente un sinfín más de collares que lleva «coleccionando» desde joven. De hecho, en las fotos de prensa anteriores a su boda con el entonces Príncipe Juan Carlos posó con un sencillo modelo que se suma a los distintos modelos (más o menos grandes, blancos, grises, amarillos…) que posee.
En el joyero de la reina encontramos más piezas además de collares. Por ejemplo, cuenta también con varios broches que tienen a las perlas como protagonistas. Uno de los más importantes es el que lució en los funerales de Benedicto XVI e Isabel II.. Lo recibió como regalo de los Condes de Barcelona y perteneció a la «Chata». Es un diseño con una gran perla central, rodeada de dos hileras de diamantes y cuatro perlas más, y del que cuelga una perla en forma de pera. De la Reina María de las Mercedes, posee un diseño cuadrado en losange con el que la hemos visto en varias ocasiones desde prácticamente su acceso al trono (lo lució, por ejemplo, en 1971 en el 2.500 aniversario del Imperio Persa, como bien recuerda David Rato, autor de «Spanish Royal Jewels»). Es un modelo en el que destacan cinco perlas, rodeadas de diamantes y del que cuelgan otras cinco con forma de lágrima. Esta pieza ha sido lucida por varias mujeres de la familia, desde la Reina Mercedes a la Reina María Cristina, la condesa de Barcelona, la Infanta Cristina e, incluso, la infanta Margarita. Y de Isabel II posee otro con una perla central de la que salen seis rayos de diamantes entre los cuales encontramos otras seis perlas.
[[H2:Las perlas de la «Chata»]]
Y el listado de joyas realizadas con perlas no termina ahí. Una de las adquisiciones más llamativas fueron un par de pendientes con dos grandes perlas. Se trata de un diseño de grandes dimensiones que suele combinar con el collar de perlas australianas y que lució, por ejemplo, en el 60 cumpleaños de Carlos Gustavo de Suecia. Incluso, tiene piezas de quita y pon, porque también hemos visto cómo modificó otros pendientes de perlas amarillas para ponerlos a juego con el blanco del collar que lucía.
Por último, en su inmenso joyero cuenta también con una pulsera que perteneció a la «Chata» (Isabel de Borbón y de Borbón) en diamantes y perlas, y que se suman a otras, como los dos brazaletes de cuatro filas de estas «piedras» con cierre de diamantes y zafiros, que confirman que las perlas son, sin duda, la joya fetiche de Doña Sofía.