Cinco años y medio después de que el fuego devorara parte de su estructura, la catedral de Notre Dame de París abrió ayer sus puertas igual que ave fénix que se eleva de sus cenizas. Líderes mundiales y personajes célebres llegados de todas partes del mundo asistieron a este feliz acontecimiento. Emmanuel Macron, presidente de la República francesa, fue el encargado de inaugurar el momento con un discurso que ofreció después del servicio religioso. A continuación, le siguió un espectacular concierto de música pop, rock y clásica, tanto en el interior como en la plaza, frente a la fachada occidental de la catedral.

Entre los invitados, el príncipe William de Inglaterra, en representación del Reino Unido y de la Casa Real británica. El hijo de Carlos III, que se retrasó debido a la tormenta Darragh en el suroeste de Inglaterra, fue recibido por Macron y su esposa Brigitte. El anuncio de su presencia lo hizo el Palacio de Buckingham pocas horas antes de la histórica reapertura de Notre Dame.

En su comunicado, indicó que el heredero al trono británico se reuniría también "con la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, y con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump". Los encuentros, de carácter estrictamente privado, se programaron para antes de la ceremonia y del discurso del jefe de Estado francés. Es decir, antes de las 19,00 horas del sábado. Sin embargo, el retraso del príncipe hizo que se aplazase, de manera que charlaron en la residencia del embajador del Reino Unido en Francia una vez concluida la ceremonia.

¿Cuál era el motivo de la reunión con Donald Trump? Aunque no se han dado detalles, podría tratarse de una breve conversación de cortesía para felicitar personalmente al nuevo presidente de Estados Unidos, elegido el pasado 6 de noviembre frente a Kamala Harris. No es la primera vez que los dos hombres se encuentran. Ya se habían dado la mano en 2019, durante la visita de Estado de Donald Trump al Reino Unido. Antes de hablar en privado, el presidente electo de Estados Unidos se dirigió a los periodistas: "¡Un buen hombre, este!", haciendo un gesto a William en la residencia del embajador británico. "Está haciendo un trabajo fantástico", añadió. El príncipe respondía con una sonrisa.

Es la primera visita oficial del príncipe de Gales a París desde 2017, cuando pasó dos días en Francia con su esposa Kate, según informó AFP. Sí había viajado a Francia, exactamente a Normandía, durante las conmemoraciones del 80º aniversario del desembarco, el 6 de junio, para representar a su padre. En esta ocasión, viajó a París sin Kate. En el encuentro con 25 líderes mundiales, el heredero al trono británico ejerció como un jefe de Estado más.