Estas son las joyas que Doña Sofía podría repartir

«El joyero personal de doña Sofía es «majestuoso», asegura el maestro joyero Pablo Milstein. «Ella es amante de las joyas. Todas las piedras preciosas y perlas de los más variados tipos se encuentran en él». David Rato, responsable del perfil de Instagram Spanish Royal Jewels coincide con él: «Tiene una de las mejores colecciones de joyas ‘royals’ de su generación. Es bastante completa y variada, y aunque predominan las piezas realizadas en las décadas de los 60 y 70, estas coexisten con antiguas alhajas de la familia». El propio Rato reconoce que la base de este joyero más personal, alejado de las famosas joyas de pasar que instauró la reina Victoria Eugenia para conformar un pequeño tesoro hereditario para las reinas españolas y de las que recibió de su suegra, Doña María de las Mercedes, son los regalos que recibió el día de su boda. Entre ellas, quizás la que más ha dado que hablar en los últimos años es el presente que le hizo el armador griego Stavros Niarchos, un espectacular collar de rubíes y diamantes de la firma Van Cleef & Arpels que se puede configurar de diferentes maneras y que la Reina Emérita nunca ha prestado. Ahora que, como afirmaba «¡Hola!» recientemente, Doña Sofía estaría dispuesta a repartir sus joyas entre sus herederos, todo el mundo se pregunta en manos de quién acabará esta: «Es su pieza estrella», asegura Rato. «Se comenta que podría repartirlo entre sus tres hijos o incluso podría pasar directamente a la princesa Leonor». Milstein, autor del perfil de Instagram Milstein Jewelry, por su parte, afirma: «Yo las integraría en las joyas de pasar».

Significado personal

La decisión última la tendrá Doña Sofía, ya que esos tesoros le pertenecen a ella. Algunas de esas piezas tienen, además, un significado muy personal. Por ejemplo, aunque pasen desapercibidos, la Reina suele lucir en sus muñecas tres brazaletes heredados de su madre, la Reina Federica. Se trata de un diseño muy sencillo en oro en los que destacan las gigantescas piedras de sus extremos: dos esmeraldas, dos diamantes y dos zafiros, respectivamente. El conjunto se completaba con otro brazalete con rubíes, que ahora pertenece a Ana María de Grecia. No sería raro en este caso que Felipe, Elena y Cristina heredaran uno cada uno. Más problema van a tener con el pendant de rubí que también viene de la Reina Federica y que Doña Sofía lució en la proclamación de Felipe VI, o con el broche con un espectacular zafiro, todas joyas también de la familia griega. «El valor del joyero de Doña Sofía podemos analizarlo desde dos puntos de vista: bien su valor económico, bien el valor sentimental», explica Rato. «Las piezas históricas y de mayor peso institucional y ceremonial quedarán para el Rey, al igual que hizo su madre. Pero considerando la extensión del joyero de la reina, no faltarán joyas para sus hijas, como por ejemplo el juego de Bulgari que lució en la boda de la Infanta Cristina».

El mayor problema para analizar el reparto es conocer la dimensión real que tiene el joyero de Doña Sofía, que cuenta, además con diseños de reconocidos creadores como Sterlé, autor del broche que lució en la boda de Hussein y Rajwa en Jordania el pasado junio. «Yo destacaría su riviere de diamantes talla baguette, el aderezo de diamantes de su boda, diversos broches de diamantes, anillos con grandes gemas como esmeraldas, rubís y diamantes, su media docena de collares de rubíes, los aderezos de zafiros y esmeraldas… es difícil cuantificarlo», afirma Rato que ha analizado muy en detalle a la emérita en los últimos años. Milstein, por su parte, asegura que la Reina «ha añadido piezas interesantes, muchas de ellas desconocidas al no haber sido lucidas en público o que, seguramente, hayan pasado desapercibidos a los fotógrafos o periodistas, ya que antes las alhajas no eran tan fotografiadas como lo son ahora. En especial destacaría los broches, unas piezas que solo una mujer con elegancia suprema puede y sabe llevar».

Doña Sofía ha destacado por el sentido de Estado que siempre le ha acompañado, de ahí que nadie descarte que quiera ampliar las joyas de las reinas españolas: «Ella ha sido la encargada de rehacer el joyero real español tras las reinstauración de la monarquía y la pérdida de muchas piezas por las ventas y repartos ocurridos durante los exilios de Isabel II y Alfonso XIII», concluye Rato. Así, podemos apostar por que Doña Letizia podrá seguir valiéndose de un joyero personal al que siempre ha sabido sacar mucho partido.

¿Qué hacemos con los collares?

No son del gusto de Doña Letizia, que apenas las luce, pero, sí que aprovecha los pendientes de los distintos conjuntos de su suegra, como pudimos ver en su última visita a Dinamarca, donde volvió a recurrir a los pendientes de Doña Sofía de diamantes y rubíes con forma de paloma. Son parte de un parure que incluye también una espectacular gargantilla.