Pasado

¿Fue Diana de Gales el amor platónico de Donald Trump?

El saludo del presidente electo de Estados Unidos y William de Inglaterra en París ha desempolvado un viejo rumor

Britain's Prince William meets US President Elect, Donald Trump at the UK Ambassadors residence in Paris, France, Saturday, Dec. 7, 2024. (Aaron Chown, Pool Photo via AP)
France Paris Notre DameASSOCIATED PRESSAgencia AP

Diana de Gales, tan vulnerable, empática, compasiva… Donald Trump, tan dominante, falto de humildad, expresivo y expansivo… ¿Qué podrían haber tenido en común estos dos personajes históricos, además de su evidente necesidad de admiración y su compleja personalidad? El saludo, hace una semana en la embajada de París con motivo de la reapertura de Notre Dame entre el presidente electo de Estados Unidos y el príncipe William, hijo mayor de Lady Di, desenterró un viejo rumor.

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Más bien es una anécdota contada por Selina Scott, amiga de la princesa, que ha resurgido ahora al trascender el afectuoso apretón de manos entre el príncipe y el magnate. Esta periodista británica se dio a conocer en España a raíz de la polémica que suscitó su documental "Un año en España", donde perfilaba una imagen del Rey Juan Carlos bastante controvertida. En 2015 afirmó en el diario "Sunday Times" que Donald Trump había colmado de flores a la princesa en la década de 1990. "Bombardeó a Diana en el Palacio de Kensington con enormes ramos de flores, cada uno de los cuales valía cientos de libras", explicó.

Paul Burrell y la princesa Diana de Gales
Paul Burrell y la princesa Diana de GalesGetty

No conforme con esta revelación, añadió: "Trump claramente vio a Diana como la esposa trofeo por excelencia. A medida que las rosas y orquídeas se amontonaban en su apartamento, ella se preocupaba cada vez más y se preguntaba qué debíamos hacer. Estaba empezando a sentir que Trump la estaba acosando". Según declaró, tanto agasajo llegó a resultar muy incómodo. Scott le propuso "tirar las flores a la basura". "Diana se rio", explicó.

Donald Trump negó siempre estos comentarios asegurando que eran totalmente falsos, si bien reconoció que era una mujer que le gustaba. Solamente coincidieron en una ocasión, en Nueva York, y su saludo se limitó a un respetuoso apretón de manos. En 1997, dio algún detalle más en su libro "El arte del regreso": "En lo que respecta a las mujeres, sólo me arrepiento de una cosa: no haber tenido nunca la oportunidad de cortejar a Lady Diana Spencer". Y el político agregó: "Era una verdadera princesa, una mujer de ensueño".