El hijo de la princesa Mette-Marit de Noruega, acusado formalmente de tres agresiones sexuales, entre otros delitos

El escándalo que desde hace meses persigue a la Corona de Noruega por las graves acusaciones vertidas contra Marius Borg -hijo de la princesa Mette-Marit, fruto de una relación anterior a su matrimonio con el heredero Haakon- alcanza un nuevo nivel de gravedad este viernes 27 de junio.

Tras meses de trabajo, la policía ha concluido la investigación y acusa formalmente a Borg de tres violaciones, según apunta la edición suiza de “20 Minutos”. Además, se le imputan otros delitos que, en total, habrían involucrado a entre 15 y 20 víctimas. La lista, tal y como ha explicado el fiscal de la policía, Andreas Kruszewski, es escandalosamente larga.

Se le imputan tres cargos de agresión sexual (uno con penetración y los otros dos sin ella), cuatro de conducta sexualmente explícita, otro de abusos a su expareja y dos más de agresión. Además, también ha sido acusado de faltas más leves como daños a la propiedad, amenazas, cinco infracciones de órdenes de alejamiento e infracciones de tráfico.

Acusaciones muy graves que podrían terminar con el hijastro del futuro rey de Noruega entre rejas. Según su Código Penal, una persona imputada por este conjunto de delitos podría enfrentarse a entre 10 y 21 años de prisión efectiva si se confirma su culpabilidad en todos los cargos y se aprecia alguna circunstancia agravante (por ejemplo, violencia, reincidencia, abuso de poder…). Si hay cooperación, admisión de culpa o se descartan cargos, la pena podría ser inferior. En este sentido, cabe señalar que el fiscal de la policía ha confirmado que Borg ha colaborado en todo momento.

Se abre así una nueva fase en el proceso contra el hijo de la princesa. Tras concluir la investigación, recabar pruebas y detallar los cargos contra el acusado, la policía enviará el informe a la Fiscalía de Oslo, que deberá decidir en base a lo expuesto en el informe si presenta cargos formales, es decir, si lo lleva a juicio.

La polémica ha supuesto para la Casa Real noruega una grave crisis de reputación ante la que, de momento, prefieren guardar silencio. Se han pronunciado en contadas ocasiones para confirmar que no es un buen momento para la familia y que confían en la investigación y la Justicia. Se escudan en que, oficialmente, Borg no tiene nada que ver con la Corona, pero la opinión pública reclama mayores y más profundas explicaciones sobre el estilo de vida problemático que lleva el hijo de la futura reina del país.