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Familia Real noruega

Ingrid de Noruega se marcha a Australia: distancia real por el "caso Marius Borg"

La princesa, de 21 años, inicia sus estudios universitarios en Sídney tras completar su formación militar

La princesa Ingrid de Noruega Gtres

Ingrid Alexandra de Noruega pone tierra de por medio. A sus 21 años, la heredera al trono nórdico ha anunciado un cambio de rumbo vital que la llevará hasta las antípodas: la Universidad de Sídney. Así lo ha confirmado la Casa Real noruega a través de un escueto pero revelador comunicado. La princesa comenzará en agosto una licenciatura en ciencias sociales con especialización en relaciones internacionales y economía política. Un paso esperado, pero no por ello menos significativo, en un momento en el que su entorno familiar vuelve a estar bajo la lupa.

La noticia llega en plena resaca mediática por el llamado "caso Marius", protagonizado por su hermanastro Marius Borg Høiby, hijo mayor de la princesa Mette-Marit. Las recientes polémicas en torno a la exposición pública de Marius y sus decisiones personales han generado tensiones y titulares no deseados para la Casa Real noruega. En este contexto, la decisión de Ingrid de alejarse geográfica y simbólicamente del foco parece más estratégica que académica.

Su formación, su prioridad

Durante los próximos tres años, Ingrid residirá en el campus universitario como una estudiante más, lejos del protocolo y la vida palaciega. Será estudiante a tiempo completo y, según el comunicado oficial, su formación será su "prioridad". Una elección coherente con el perfil discreto que ha cultivado desde su mayoría de edad, alejado del ruido mediático y con una fuerte vocación de servicio público.

Ingrid de Noruega con sus padres, el príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit Gtres

La apuesta por Australia, aunque inesperada para muchos, no rompe del todo con la tradición familiar. Su padre, el príncipe Haakon, también optó por una educación internacional: primero en la Universidad de Berkeley, en California, y más tarde en la London School of Economics. Ingrid sigue así un camino que combina independencia, formación global y una clara preparación para sus futuras responsabilidades institucionales.

Con esta decisión, la princesa Ingrid traza una línea clara entre su papel como heredera y los asuntos más espinosos que afectan a su familia. No hay declaraciones, no hay entrevistas, sólo un plan de estudios, una residencia universitaria y la voluntad de construir su propio relato. Desde Sídney, Ingrid Alexandra empieza a definir cómo quiere ser vista en el siglo XXI: como una royal moderna, formada, y consciente del peso de su apellido.