Zarzuela

De la “luna de miel” al duelo: las fases por las que pueden pasar los reyes Felipe VI y Letizia por el síndrome del nido vacío

Se trata de un conjunto de pensamientos y emociones por los que atraviesan algunos padres cuando sus hijos se independizan

Los reyes Felipe VI (d) y Letizia (i) durante la cena en su honor celebrada en el Palacio Presidencial de Zagreb, este miércoles en Croacia.
Los reyes Felipe VI y Letiziachema MoyaAgencia EFE

Los reyes Felipe VI y Letizia se han quedado solos en el conocido como pabellón del príncipe de Zarzuela, la residencia en la que, hasta ahora, convivían con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Mientras que la heredera al trono se encuentra en la Academia General Militar de Zaragoza desde el 17 de agosto, su hermana pequeña pondrá rumbo hacia Gales este martes 29 para seguir sus pasos y cursar Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, el internado que se convertirá en su hogar durante los próximos dos años.

Sus padres se enfrentan ahora a dos habitaciones vacías –suponiendo que no durmieran juntas– y a los posibles males del síndrome del nido vacío, que no son pocos. Tal y como ha explicado la psicóloga Lara Ferreiro en “Ya es mediodía”, la marcha de sus dos hijas podría llevar a don Felipe VI y doña Letizia a experimentar cierta pena o tristeza, aunque la primera fase de este proceso comienza con una especie de “luna de miel” para el matrimonio.

La experta explica que durante los primeros días, los padres pueden sentir cierta “liberación” tras la independencia de sus hijos, pero esa alegría inicial desaparece con la llegada de la segunda fase: “crisis de pareja”.

Los reyes Felipe y Letizia comiendo con sus hijas Leonor y Sofía en su casa
Los reyes Felipe y Letizia comiendo con sus hijas Leonor y Sofía en su casaCasa RealAgencia EFE

Según Ferreiro, muchos progenitores se replantean su matrimonio tras la independencia de sus hijos porque entienden que ya han cumplido su función como pareja, y es entonces cuando se enfrentan a la tercera fase: el duelo.

Llegado este momento, los padres empiezan a echar de menos los momentos y las rutinas con sus hijos, como desayunar juntos o ver una película. La añoranza comienza a disiparse con la llegada de la cuarta fase, la negociación y el reencuentro como pareja, en la que los progenitores comienzan a adaptarse a su nueva realidad y superan su crisis de pareja.

La quinta y última fase consiste en la adaptación definitiva, en la que los padres asumen que sus hijos son independientes y disfrutan de verlos volar.