
Polémica
Marius Borg, el hijastro del príncipe Haakon, salpicado por un chat vinculado al terrorismo islámico
El hijo de Mette-Marit, a la espera de juicio por 28 delitos, se ve ahora relacionado con un grupo de WhatsApp en el que participaban los responsables del atentado de Oslo en 2022

La tormenta que rodea a Marius Borg Høiby parece no tener fin. Cuando aún resuenan las acusaciones judiciales que pesan sobre él -con un juicio previsto para febrero de 2026 y un total de 28 cargos en su contra, entre ellos varios por violación-, el hijastro del príncipe heredero Haakon vuelve a ocupar titulares por un asunto que golpea de lleno la imagen de la Casa Real noruega. Según ha revelado el diario Dagbladet, el joven habría estado vinculado a un grupo de WhatsApp en el que participaban los autores intelectuales y materiales del ataque terrorista en Oslo en junio de 2022.
La noticia ha causado estupor en Noruega. "Es una gran vulnerabilidad que alguien que quiere dañar a nuestra sociedad se acerque tanto a la realeza", advertía el profesor sueco Magnus Ranstorp, uno de los mayores expertos europeos en islamismo radical.
Contacto directo
Las pesquisas apuntan a la relación de Marius con un hombre de 49 años de Lørenskog, condenado por narcotráfico y señalado como líder de una red de anfetaminas. En varias imágenes difundidas aparece junto a Borg en fiestas privadas, e incluso en una de ellas el hijo de Mette-Marit hace una peineta a la cámara. Lo inquietante no es solo la amistad con un criminal, sino que este individuo mantenía contacto directo con dos nombres grabados a fuego en la memoria reciente del país: Zaniar Matapour, autor material del atentado contra el Orgullo LGTBI en Oslo que dejó dos muertos y decenas de heridos, y Arfan Qadeer Bhatti, acusado de complicidad en el ataque.
La conexión concreta se establece a través de un chat de WhatsApp bautizado con el inocente nombre de Matglede og kvalitetstid ("Alegría de la comida y tiempo de calidad"). Allí, según declaró Bhatti en el Tribunal de Distrito de Oslo, se debatía sobre identidad de género y educación en guarderías, temas que la policía considera clave en la radicalización que desembocó en la masacre. Entre los integrantes figuraban Matapour, Bhatti y dos colaboradores más, uno de ellos precisamente el amigo del hijastro de Haakon.
Delicados momentos
La revelación no hace sino agravar la ya delicada situación de Marius. El joven acumula un historial judicial abrumador: un cargo de violación con coito, dos sin coito, cuatro por comportamiento sexual ofensivo, un cargo por abuso en relaciones cercanas, dos por lesiones, uno por amenazas, cinco violaciones de una orden de alejamiento, abuso sexual a una agente de policía y varias infracciones de tráfico, entre otros. En total, hasta 28 imputaciones y entre 15 y 20 víctimas.

Él niega los delitos más graves, especialmente los relacionados con violación, aunque la policía sostiene que ha colaborado en la investigación. Mientras tanto, la Casa Real guarda silencio, como ha hecho siempre ante los escándalos del hijo mayor de la princesa Mette-Marit.
Lo cierto es que este nuevo episodio convierte a Marius en una figura todavía más incómoda para la monarquía noruega. El vínculo -aunque indirecto- con un grupo de chat relacionado con el atentado más grave en la capital en la última década abre un frente delicadísimo: la proximidad, siquiera tangencial, de un miembro del entorno real a círculos de odio y violencia que sacudieron al país entero.
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