
Día de la Naturaleza
Mary de Dinamarca: la "reina verde" de Europa
La soberana inaugura la Semana de la Naturaleza rodeada de escolares, malvaviscos y un entusiasmo contagioso

La reina Mary de Dinamarca no necesita una corona para brillar: le basta una camisa vaquera, un pantalón de senderismo y un grupo de escolares deseosos de explorar el bosque. El 1 de septiembre, la esposa de Federico X inauguró la Semana de la Naturaleza desde el Parque Natural de Ryvangen, al norte de Copenhague, y lo hizo como una más. Entre fogatas, carreras de insectos y risas infantiles, la soberana confirmó lo que ya muchos saben: que la naturaleza es su auténtico reino.
El evento, que nació en 2004 y hoy reúne a más de 135.000 niños de escuelas y guarderías de todo el país, tiene como objetivo recuperar algo tan esencial como olvidado: pasar tiempo al aire libre. "Cuando estamos en la naturaleza, nuestro cuerpo se relaja y nuestra mente se despeja, tengamos 5 o 55 años", recordó la presidenta de la Asociación Danesa para la Conservación de la Naturaleza, Maria Reumert Gjerding, quien acompañó a la reina durante toda la jornada.
Insólita carrera de insectos
Mary, patrona del Fondo Danés para la Naturaleza y presidenta de WWF Dinamarca desde 2020, parecía disfrutar tanto como los pequeños. Participó en talleres para identificar huellas de animales, examinó insectos atrapados en frascos transparentes y hasta animó una insólita carrera entre un escarabajo coriáceo y un gusano que llevaba su propio nombre. La victoria, eso sí, no fue para "el equipo de la reina", aunque ella lo celebró igualmente con una sonrisa.
El momento más esperado llegó con el fuego. Arrodillada junto a un estudiante, la reina frotó pedernal y acero hasta lograr la chispa que encendió la llama. "¡Misión cumplida!", exclamó entre aplausos y alguna broma improvisada: "¿Dónde están los malvaviscos?". Un guiño espontáneo que provocó carcajadas y acercó aún más a la soberana al público infantil.
Tras la hoguera y antes de la despedida, hubo tiempo para la clásica foto de grupo. Entre abrazos y sonrisas, una colegiala de Kildevældsskolen entregó a la reina un enorme ramo de flores, gesto que la emocionó visiblemente. Con las flores en brazos y la complicidad de sus pequeños acompañantes, María de Dinamarca abandonó el parque dejando tras de sí la estampa de una reina cercana, cómplice y, sobre todo, profundamente conectada con la naturaleza.
Una mañana campestre que, más allá de la anécdota, consolida su imagen como "la reina verde" de Europa, aquella que prefiere el olor a tierra húmeda y a hoguera recién encendida antes que los fastos de palacio.
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