
Recuerdos
La noche en la que Isabel II llegó a Buckingham a altas horas bailando la conga
El rey Carlos III ha aprovechado la euforia del Día de la Victoria para desvelar un divertido extracto del diario de su madre

La Casa Real británica está viviendo fechas muy marcadas. El 8 de mayo Europa celebró el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y Londres se sumó a la festividad con desfiles militares, espectáculos lumínicos, misas y conciertos.
Aunque el jueves fue el Día de la Victoria en Europa con la aceptación formal por los aliados de la rendición de Alemania el 8 de mayo de 1945, los eventos se iniciaron el lunes, con la lectura por el actor Timothy Spall de extractos del discurso triunfal del entonces primer ministro británico, Winston Churchill.
Ambiente festivo
Durante cuatro días, el monumento del Cenotafio, en la avenida Whitehall, sede del Gobierno, se ha cubierto con banderas británicas en homenaje a los que murieron, tanto en el país como en el extranjero. El jueves los reyes y otros miembros de la monarquía asistieron a un servicio religioso en la londinense Abadía de Westminster, precedido por dos minutos de silencio a nivel nacional.
Por la noche, Carlos III y Camila acudieron a un concierto celebratorio en la explanada de Horse Guard Parade, en el centro de Londres, con un público de unas 12.000 personas y la participación de veteranos artistas como Joan Collins.

En este ambiente festivo, Carlos III destacó la ola de euforia que se había extendido por el Reino Unido después de que su abuelo, el rey Jorge VI, anunciara la buena noticia por la radio. Aprovechó para citar a un testigo directo de esta explosión de alegría: la reina Isabel II, que entonces tenía 19 años.
Una escapada nocturna
Con su hermana Margarita, se había colado entre la multitud, con el permiso de sus padres, según ha recordado "The Independent". Un momento que ella misma había detallado en unas notas de su diario, que Carlos III no dudó en revelar en ese día simbólico.
El 8 de mayo de 1945, la futura reina participó en las festividades, disfrutando de una forma de "anonimato", "caminando millas" entre la multitud. Al día siguiente, cuando la alegría aún no se había calmado, escribió, con su estilo minimalista característico: "De nuevo entre la multitud… Llovió, así que había menos gente. Bailé la conga de camino a casa. Canté hasta las dos de la mañana. Me acosté a las tres de la madrugada". Un recuerdo que provocó risas en el público, nada menos que 12.000 personas.
Entre el público, Kate y William, que esbozaron una sonrisa. "Espero que sus celebraciones esta noche sean casi tan alegres ", bromeó el rey Carlos III, "aunque dudo que tenga energía para cantar hasta las dos de la madrugada, ¡y mucho menos para guiarlos en una conga gigante hasta el Palacio de Buckingham!".
Con motivo de las ceremonias del 8 de mayo, la Corona ha compartido en Instagram un post en el que se puede escuchar a la reina Isabel II dando su propia versión de esta histórica velada. "Recuerdo que teníamos mucho miedo de que nos reconocieran, así que me puse la gorra del uniforme justo sobre los ojos… Todos nos sentimos invadidos por oleadas de felicidad y alivio”.
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