El príncipe Louis, el "ladrón de pulseras" de Charlotte

Las tradicionales pulseras de la amistad han entrado en la familia real británica para quedarse. La primera en seguir esta tendencia fue la princesa Charlotte, hija del príncipe William y Kate Middleton. Fan de la cantante Taylor Swift, la pequeña, de 9 años, asistió al Eras Tour en Wembley luciendo sus "joyas" de la amistad, una costumbre de las swifties que las intercambian en los conciertos.

Su abuelo, el rey Carlos III también lució alguna de estas durante su visita a las Islas del Canal, así como la reina Camilla. Igualmente, el príncipe George, que acompañó a su hermana Charlotte al show de Swift, también lucía sus pulseras de hilo para su retrato de su 11º cumpleaños. Incluso Sophie, duquesa de Edimburgo, fue vista con estos accesorios animando a los deportistas británicos en los Juegos Olímpicos de París.

Sin embargo, hay alguien ansioso por hacerse con cada vez más pulseras de la amistad. El príncipe de Gales estaba hablando con Ruby Davies, una joven alumna de la escuela primaria comunitaria Swiss Valley que había sido coronada ganadora del festival de lengua galesa Urdd Eisteddfod, cuando ésta le ofreció al Heredero británico un regalo conmovedor para sus hijos: unas pulseras de la amistad en un sobre rosa. El príncipe abrió el regalo y dijo: "Muchas gracias, Ruby", y prometió: "Les van a encantar, las verás por ahí". Y añadió: "Las mantendré alejadas de Louis porque intentará robarle todas las cosas a su hermana".

También prometió mostrarle a Charlotte un video de Ruby actuando, revelando que a la joven princesa "le encanta actuar y bailar también, así que le mostraré su video cuando llegue a casa".