Coronas
Los secretos de la Orden de la Jarretera, de la que el príncipe Andrés ha sido degradado por "vergüenza"
Una de las órdenes más importantes de Reino Unido y de la que también forman parte los Reyes Juan Carlos I y Felipe VI
“Honi soit qui mal y pense”. Así reza el lema de la Orden de la Jarretera, la más prestigiosa de las órdenes británicas de caballería y una de las más importantes del mundo, fundada en 1348. Podríamos traducirlo en “Vergüenza para quien ve vergüenza en ello”. Es evidente que Carlos III del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte ha visto -como la mayoría- una imperdonable vergüenza en los actos que se achacan a su hermano Andrés.
Andrés ha visto como se ha anunciado ya en la London Gazette, nuestro BOE, la anulación de su condición de caballero de la Orden de la Jarretera y la retirada de su gran cruz de la Real Orden Victoriana. Sus títulos han sido “cancelados y anulados” y su nombre borrado de los elencos correspondientes. Ya no es más Duque de York, carece del tratamiento de Alteza Real y, por tanto, su identidad actual es la de vicealmirante Andrés Mountbatten-Windsor.
Retirar a alguien una condecoración o expulsarle de determinada Orden es algo extraordinario. En el caso de la Jarretera esa expulsión -unos 40 casos en la historia y que se denomina formalmente “degradación”- se realizaba antiguamente en una ceremonia pública humillante que se ahorrará a Andrés. Ese escarnio ya lo ha recibido y lo seguirá recibiendo, propagado por medios de comunicación y redes sociales, por lo que todo el mundo estará enterado. En la actualidad, casos como el de Andrés o el de Sir Fred Goodwin, a quien en 2012 se le retiró el título de caballero -no de la Jarretera-, se llevan a cabo de modo administrativo. Son remociones por deshonra. Dado que para el nombramiento en la Jarretera no es necesario refrendo ministerial, el monarca puede libremente expulsar motu proprio a cualquier miembro de la Orden.
Antiguamente las causas para esa degradación eran la comisión de graves delitos, la traición, la herejía, o la cobardía en la batalla. Los estandartes del caballero degradado eran retirados de la capilla de San Jorge. El del III Duque de Buckingham fue arrojado a una zanja, en 1521. El último caso en que las insignias del caballero degradado fueron pateadas a lo largo del corredor central de la Capilla de San Jorge tuvo lugar en 1716 y fue el de James Butler, II Duque de Ormond, considerado traidor al tomar las armas contra la Corona durante la Rebelión Jacobita. Otros casos de degradación fueron, entre otros, los de Lord Scrope de Masham, Robert de Vere, conde de Oxford, Thomas Beauchamp, conde de Warwick -luego indultado y readmitido-, o Guillermo Lord Paget, que también luego recuperó su condición.
La Orden de la Jarretera, después de la Cruz de Victoria y de la Cruz de Jorge, está en el pináculo del sistema premial del Reino Unido, aunque como Orden de Caballería es la más antigua y elevada. Son siempre miembros el Rey y el Príncipe de Gales, y hay un máximo de 24 miembros de pleno derecho llamados “companions”. Los miembros de la Orden de la Jarretera pertenecen a lo más conspicuo de la sociedad británica y a ella también pertenecen diversos miembros de la Familia Real británica y de casas reales extranjeras, entre los que están los reyes Don Juan Carlos y Don Felipe VI.
Justamente, monarcas extranjeros en guerra contra el Reino Unido vieron retirados sus estandartes de la Capilla de San Jorge. Me refiero a los emperadores Guillermo II de Alemania -que era sobrino de la Reina Victoria-, y Francisco José de Austria, ambos expulsados en 1915, y a Hirohito del Japón cuyo estandarte, retirado en 1941, fue vuelto a colocar en 1971 con ocasión de una visita de Estado de ese monarca. ¿Habrá piedad en el futuro hacia Andrés o jamás será restituido? “Who knows!”