De la tiara de la novia al convite lleno de significado: así ha sido la boda exprés de la Casa Real griega

Primera boda royal del año: Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinoyannis, de familia millonaria, se han dado hoy el «sí, quiero», apenas nueve meses después de que el hijo de Ana María de Grecia y Tatiana Blatnik anunciaran su separación matrimonial. La pareja ha contraído matrimonio esta tarde a las cinco hora española y por el rito ortodoxo, ya que la iglesia helena permite los matrimonios entre divorciados si piden perdón, y de hecho el príncipe y la millonaria visitaron en la archidiócesis al arzobispo Ieronimus II, cabeza de la iglesia, para obtener su bendición.

La ceremonia ha tenido lugar en la icónica iglesia de San Nicolás de Rangava, el templo más antiguo de Atenas. Una boda nada multitudinaria, y envuelta en rumores de embarazo de la novia, y que ha contado con la presencia de parientes cercanos, además de amigos de la familia y de los novios.

La novia ha vestido un traje de Christos Costarellos, un reconocido modisto griego muy solicitado por royals y celebrities, cuyos modelos han lucido desde la princesa Rajwa de Jordania, a las reinas Matilde de Bélgica y Máxima de Holanda. Además, ha lucido la tiara del corsario que perteneció a la reina Victoria de Suecia.

Entre los invitados algunos miembros de la familia del Rey Felipe VI y también sonadas ausencias. La más inesperada la de la Infanta Elena, prima del novio. La primogénita de Don Juan Carlos y Doña Sofía suele acudir a este tipo de eventos familiares, de hecho, el pasado septiembre viajó a Grecia para asistir al enlace de su prima Teodora de Grecia. Allí apareció junto a su madre la Reina Sofía, su hermana la Infanta Cristina y sus hijos. Pero esta vez «otro compromiso» le impidió estar en Atenas junto a su madre, su hermana y su tía, la princesa Irene. Los que tampoco han asistido han sido los Reyes Felipe y Letizia, debido a compromisos oficiales.

Tras el «sí, quiero», el convite ha tenido lugar en el Club Náutico del Pireo. Un lugar dotado de un gran significado para el difunto padre del novio, el rey Constantino, gran aficionado a la navegación.

La novia estuvo casada anteriormente con un cantante sueco de origen griego, Stefanos Xypolitas, con el que tuvo dos hijos, Georges (11) y Karem (10).