Victoria Federica quiere ser María G de Jaime: su reconversión estética

Victoria Federica de Marichalar es un claro ejemplo de cómo la medicina estética puede embellecer un rostro. En el caso, los retoques estéticos, muy bien hechos por cierto, la han hecho parecerse muchísimo a su amiga del alma, María G. de Jaime y la han alejado de los rasgos borbónicos heredados de su madre, la Infanta Elena. Y no han sido grandes retoques, más bien pocos, discretos y muy efectivos con un resultado espectacular, armonioso y equilibrado, feminizando su rostro.

El doctor Ángel Martín de Clínica Menorca conviene conmigo en que Vic está guapísima, que el cambio es notable y los resultados muy naturales. El tratamiento por excelencia responsable de dicha transformación es la bioplastia con ácido hialurónico, estratégicamente inyectado para cambiar y embellecer sus rasgos y la toxina botulínica tipo A.Antes de que naciera Vic, esos cambios estéticos solo podían conseguirse con cirugía. Hoy en día, los avances en el sector permiten las correcciones estéticas de forma mínimamente invasiva, en el transcurso de un procedimiento rápido, con anestesia local y a golpe de inyección. Así es como se han modificado sus volúmenes en labios, pómulos, mentón, nariz y contorno facial. Empecemos con el análisis. Esa mirada abierta y alegre se consigue simplemente con muy poquita cantidad de bótox inyectado para potenciar los músculos elevadores de las cejas. El resultado se nota a los cuatro días y pueden durar hasta cinco meses.

En la nariz se ha realizado una rinomodelación con ácido hialurónico de una reología muy elástica para contener la fuerza del cartílago y proyectar la nariz y la punta nasal. La duración de los resultados es más o menos de un año. El rostro de Victoria Federica es ahora más armónico y equilibrado gracias al cambio de volúmenes con infiltraciones de ácido hialurónico en pómulos, ángulo cigomático y ángulo mandibular para darle más proyección, incluso podría ser que le hayan infiltrado un poco en el mentón. También se ha quitado las bolas de bichat ya que antes tenía más cara redonda. Con la eliminación de las bolas ha logrado más angulosidad en el rostro. Y, por último, los labios. Ahora tiene una sonrisa mucho más bonita, se han reestructurado y aportado el volumen que le faltaba con infiltraciones de ácido hialurónico reticulado especial para esta zona que no inflama y mantiene la forma original de la boca (labios rusos). El ácido hialurónico tiene una duración de más o menos un año. Si hay continuidad en los tratamientos, los resultados duran cada vez más.

Gracias a ese rostro remodelado con manos expertas, a su 180 centímetros de estatura, su alegría, naturalidad, su refinado estilo y su aire aristocrático lo tiene todo para triunfar como modelo.