Polémica
La visa del príncipe Harry en EEUU, un asunto de Estado: acusan a Biden de "falta de transparencia"
La Fundación Heritage exige acceder a sus informes porque sospecha de que se han cometido irregularidades a la hora de concederle el visado
El príncipe Harry no será deportado de Estados Unidos. Al menos, de momento. Desde que reconoció en «Spare», sus polémicas memorias, que había consumido todo tipo de drogas en el pasado -desde setas alucinógenas hasta cocaína, pasando por cannabis-, la Fundación Heritage, una organización conservadora y ligada al Partido Republicano, ha puesto en el foco en el visado de Su Alteza Real, cuestionando que se podrían haber cometido irregularidades a la hora de concedérselo: o bien mintió al solicitarlo, o bien se benefició de un trato de favor por su regia condición.
Empeñados en llegar al fondo del asunto, la sociedad solicitó acceder a los registros de la solicitud de la visa del príncipe Harry, pero su demanda ha sido denegada. El Departamento de Estado basa esta decisión en que este tipo de documentación es confidencial en todos los supuestos y que, por tanto, no se pueden publicar detalles sobre casos individuales. «En la medida en que existan registros, esta oficina no encuentra un interés público en la divulgación del tema como para anular los intereses de privacidad del sujeto», explica Jimmy Wolfrey, especialista en información de supervisión gubernamental del Departamento de Seguridad de los Estados Unidos.
Una respuesta que los impulsores de este caso no sólo no comparten, sino que consideran «espantosa». Así lo ha explicado Niles Gardiner, director del Centro Margaret Thatcher para la Libertad de la Fundación Heritage: «Estamos decididos a insistir en un asunto de claro interés público, en un tema importante que afecta al pueblo estadounidense: la aplicación y el cumplimiento de las leyes de inmigración de Estados Unidos sin miedos ni favoritismos». Además, la organización denuncia «la terrible falta de transparencia por parte de la Administración Biden» y asegura que se ha encontrado con diferentes «obstáculos» a la hora de poner en práctica su derecho a la libertad de información.
De hecho, todavía es pronto para que el príncipe Harry cante victoria, puesto que Gardiner avisa en su comunicado de que impugnará la decisión tomada por el Departamento de Estado y que llevará la causa a las altas esferas de la Justicia estadounidense. «En última instancia, la publicación de los registros de inmigración estadounidenses del príncipe Harry será decidida en un tribunal federal por un juez», recalca.
Una causa perdida
Por más esfuerzos que hagan, lo cierto es que las pretensiones de la Fundación Heritage tienen pocas opciones de prosperar. Por muy severas que sean las leyes en materia de inmigración, el hecho de que el príncipe Harry haya confesado públicamente que consumió drogas en el pasado no tiene porqué obstaculizar la renovación de su visado, siempre que no cuente con antecedentes policiales o tenga problemas con la Justicia.
«No veo ningún problema con las revelaciones en sus memorias sobre la experimentación recreativa con drogas. El departamento de inmigración no va a tomar medidas en relación a eso. Si hubiera sido arrestado o le hubieran puesto una multa por conducir en estado de ebriedad, entonces estaríamos teniendo una conversación diferente», expone para «Page Six» el abogado James Leonard, uno de los letrados más conocidos de los Estados Unidos.
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