Casado con todas

No es la primera vez que utilizo este título para escribir algo sobre Manuel Mota. Esta ocasión, claro está, no es como la que en 2006 nos reunió en Londres para contar a todo el mundo que Pronovias acababa de desembarcar en el Reino Unido ¡Qué tiempos! Recuerdo su carcajada enorme y sincera, y sus palabras de agradecimiento por haber reflejado lo que ambos queríamos contar aquel día. «Casado con todas», como en la película, es lo que vino a mi mente cuando pensé en él. Para mí, y él lo sabía, era como un apuesto Príncipe Azul, al que todas las mujeres le decían «sí, quiero», porque a todas las vestía radiantes, de blanco, para llegar al altar y encontrarse con el amor de sus vidas. Romántico, sin duda, era su trabajo pero también empresarial, duro y real como la vida misma. Por eso, tal vez por eso, Manuel nos haya dejado. Porque la vida no es un cuento de hadas y tras las maravillosas sonrisas, en ocasiones, hay personas tristes. Él tuvo que estarlo. De lo contrario, no nos habría dejado. Descansa en paz, Manuel.