Beckham: De icono inglés, a rey midas americano

Pronunciar el nombre de David Beckham fue durante años hablar de mucho más que un futbolista. Icono del fútbol mundial, la moda y también los tabloides británicos durante los 20 años que duró su carrera, hablar del futbolista inglés era hablar de fama, fortuna y también de una vida copada por los titulares tanto dentro como fuera del campo. Casado con Victoria «Posh» («pija», en inglés) Beckham, la vida del extremo inglés despertaba tanto interés casi como sus centros medidos desde la banda. Hoy 20 años después y a los 48 años, el exfutbolista vive la tranquila vida de un empresario de éxito que sigue explotando su imagen en favor de la marca «Beckham».

Pese a retirarse del fútbol en 2013, el futbolista vio claro que su futuro iba a estar íntimamente ligado con el deporte rey, en este caso al otro lado del charco. Tras abandonar el Real Madrid, el jugador fichó en 2007 por Los Ángeles Galaxy donde militó durante seis temporadas. Allí vivió en primera persona el «boom» del fútbol como deporte de masas y se dio cuenta de que existía una oportunidad clara de negocio. Tras colgar las botas, se mudó de Los Ángeles a Miami para invertir en un nuevo equipo, el Inter de Miami, con el que debutó en la Major League Soccer (MLS) en 2020. Beckham se convirtió en propietario del equipo después de hacer válida una cláusula en su contrato con Los Ángeles Galaxy, que le convirtió en el primer jugador de la MLS en tener una franquicia. Además de fundar el equipo, se implicó de lleno en la construcción del Miami Freedom Park, un complejo deportivo y estadio de fútbol valorado en más de 230 millones de euros que se convertiría en sede del club. Beckham comparte propiedad en el club con Jorge Mas Santos, un multimillonario estadounidense y máximo accionista de MasTec, una empresa de construcción e ingeniería con sede en Miami, fundada por su padre, Jorge Mas Canosa. La llegada de Lionel Messi al club este verano ha hecho de oro a Beckham y a su socio, haciendo que el club multiplique su valor hasta los 1,4 billones de euros. El «efecto Messi» ha favorecido que el exfutbolista inglés multiplique su inversión por dos, convirtiendo la franquicia en la más valiosa del fútbol de Estados Unidos.

Pero no solo de fútbol vive el inglés. Con el paso de los años ha sabido diversificar sus inversiones creando un imperio millonario formado por negocios de diferente tipo pero con algo en común: explotar la marca «Beckham». Una imagen que con el paso de los años ha ido ligada a la de su mujer. Juntos crearon Brand Holdings, un conjunto de empresas a través de la que él explota su propia marca de ropa y productos de belleza. Con el mismo fin, el matrimonio fundó DB Ventures, una sociedad de capital de la que el exjugador del Manchester United es socio mayoritario y a través de la que gestiona los patrocinios y derechos de imagen de la familia. Además, se ha introducido en el mundo de los deportes electrónicos invirtiendo en el campo de los e-sports. Con tal fin se hizo accionista de Guild Esports, una empresa británica dedicada a la comercialización de videojuegos online. El centrocampista también ha diversificado sus inversiones en otros negocios menos convencionales. Su inversión más arriesgada tuvo lugar en 2021 con la entrada en el accionariado de Cellular Goods PLC, una empresa dedicada a la fabricación de productos medicinales derivados del cannabis. La apuesta, resultó ruinosa. Las acciones, que subieron más del 400% en su debut a principios de año, cayeron en picado unos meses después. Pese a todo, la empresa prevé que las ventas de CBD solo en los EEUU alcancen los 20 mil millones de dólares en 2024. El «efecto Beckham» sigue, años después, más vivo que nunca.