La mujer de Michael Schumacher vende todo su patrimonio para mantenerle con vida

Mantener con vida a Michael Schumacher es caro. Muy caro. Anualmente su familia destina cerca de 7 millones de euros para que esté perfectamente atendido. Primero en el Hospital Universitario Grenoble-Alpes, donde estuvo ingresado, para después continuar su evolución en su casa de Suiza, para después emplazarla en Mallorca. Su entorno es un bunker de información y es que desde que sufriese el accidente de esquí en Los Alpes en diciembre de 2013, golpeándose trágicamente en la cabeza, pocos son los detalles que se conocen sobre su evolución. Esto ha dado pie a incómodas especulaciones, dimes y diretes, incluso entrevistas falsas. Pero lo que preocupa a su mujer, Corinna Schumacher, no es tanto lo que se comente, sino más cómo poder hacer frente al elevado costo del tratamiento que necesita su marido para seguir con vida. Algo que está pudiendo afrontar tras tomar la difícil decisión de vender su patrimonio y deshacerse de sus propiedades más lujosas, las cuales ya no le importan lo más mínimo.

Como decíamos, Corinna no se separa de su marido en los más de diez años que lleva convaleciente del accidente de esquí en la estación de Méribel. Ahora lo hace desde una mansión que adquirió en Mallorca en 2018 por 30 millones de euros, aunque para adquirirla antes vendió otras propiedades. Por ejemplo, la residencia familiar en Suiza en la que se llevó en un primer momento al piloto tras salir del hospital. Al trasladarse a la isla balear, esta vivienda dejaba de serles útil, aunque aún cumpliría un cometido, al suponer una inestimable inyección de 58,7 millones de euros a las cuentas de su familia. Pese a ello, no sería la única, pues también se desprendió de otra joya inmobiliaria como es la mansión que poseían en Noruega para disfrutar de unos días de asueto. De aquí sacó 2,5 millones. O el jet privado con el que salvaba las distancias, que fue vendido por 31,6 millones de euros. Y aún ha vendido mucho más…

La fama de Michael Schumacher también ayudó a que se sacase un buen pellizco de la subasta de sus relojes más exclusivos. En total, Corinna abrió este mes de mayo el joyero de su marido y se desprendió de ocho de sus piezas más preciadas, que alcanzaron un valor de 4,4 millones de euros. Entre ellas, destacaba por encima del resto el Patek Philippe modelo 1948, del que solo se hicieron 58 ejemplares. Por el que lucía el piloto se pagó finalmente 2,5 millones de euros. Un buen empujón que ayuda a su esposa a continuar pagando las facturas de su tratamiento y desprendiéndose de aquellos lujos que ya no podrá disfrutar tras el trágico accidente que truncó su vida en 2013. Ella se ha volcado en su marido en cuerpo y alma, velando por él, pero también defendiendo sus derechos, como así se ha visto obligada en alguna que otra ocasión cuando se ha trasgredido los límites de la legalidad.

Lo que sí ha querido dejar claro la mujer de Michael Schumacher es que su marido está cuidado y que toda la familia velará por él. Algo que no solo demuestra al gestionar su patrimonio para asegurar el pago de las facturas de su tratamiento o defender sus derechos en los tribunales cuando son vulnerados. También llamar a la calma cuando los rumores sobre su estado de salud se desbocan dando a equívocos o escandalosos titulares por todo el mundo: “Pueden estar seguros de que sigue en las mejores manos y que hacemos todo lo posible para ayudarle. Por favor, entiendan que seguimos los deseos de Michael y que mantengamos en privado una cuestión tan delicada como su salud”, solicitaba en 2019 en su último comunicado para acallar las especulaciones. No han vuelto a hablar en público.