Familias

La novelesca historia de Catherine, la hermana de Dior que llegó a heroína

«New Look», la serie sobre el modista francés, realza su personalidad como referente de la resistencia contra los nazis

Catherine Dior.
Catherine Dior.LR

Tras el eco que ha tenido la serie sobre Cristóbal Balenciaga que se estrenó a principios de año en la plataforma Disney Plus, ahora es Apple quien «ataca» con «The New Look», que narra la vida de Christian Dior, el gran competidor y amigo del modista español.

Como le sucedió a Balenciaga, Dior alcanzó la fama mundial tras varios años de carrera. En su caso, se formó con Robert Piguet y con Lucien Lelong, dos de los nombres más destacados de la alta costura francesa anterior a la II Guerra Mundial, pero no fue hasta febrero de 1947 cuando su nombre se hizo famoso.

Aquel desfile donde nació el «New Look» fue una verdadera revolución y no solo por la moda que se presentó. También por su aroma. Antes de que las invitadas ocuparan sus asientos, todos los salones se perfumaron con Miss Dior, la fragancia que acababa de lanzar la nueva «maison» llamada a ser la gran referencia de la «haute couture» parisina. El nombre, según narra la leyenda, viene inspirado por su hermana, Catherine Dior, a quien el diseñador se encontraba muy unido. Cuentan que ella apareció en la sala cuando su hermano estaba decidiendo cómo bautizarla junto con una de sus musas, Mitzah Bricard, que exclamó: «¡Aquí está Miss Dior!» El genio de la costura vio rápidamente el brillo de ese nombre y respondió: «Miss Dior, ahí hay un nombre».

Esa historia siempre la repetiría Catherine a lo largo de su vida, orgullosa de su papel como fiel defensora del legado de su hermano, fallecido en 1957, solo diez años después de fundar la compañía, a la edad de 52 años. Pero si alguien cree que el suyo fue un papel secundario en la historia francesa, se equivoca.

Ginette Dior, como realmente se llamaba, era la pequeña del matrimonio formado por Maurice y Madeleine, una próspera pareja que alcanzó fortuna antes del crack del 29. Con la crisis financiera la familia tuvo que vender gran parte de sus propiedades, entre ellas su apartamento de París, y se instalaron en Callian, donde Catherine comenzó a cultivar guisantes y alubias.

Hasta ahí podríamos calificar su vida como normal, pero lo cierto es que estaba a punto de convertirse en una heroína de Francia. Con la ocupación nazi, pasó a pertenecer a la resistencia francesa al enamorarse en 1941 de Hervé des Charbonneries, uno de sus fundadores. Comenzó así una actividad que la llevó a usar el piso de su hermano en la Rue Royal, en París, como lugar de encuentro entre sus compañeros en la clandestinidad. Su función, principalmente, era la de transmisora de mensajes a Londres.

En 1944 fue arrestada por la Gestapo junto con otros 26 compañeros. Vivió unos meses en campos de concentración y sufrió torturas, aunque nunca llegó a delatar a nadie. Por fin, en 1945, fue liberada cerca de Dresde en unas condiciones tan deplorables que ni su propio hermano la reconoció cuando llegó a París. Cuentan que ni siquiera fue capaz de probar bocado en la cena que éste organizó para celebrar su libertad.

Inspiración para las colecciones de la «maison»

La sombra de Catherine no solo ha sido importante para el legado del propio Christian Dior, sino que ella misma ha servido de inspiración para las colecciones de la «maison» francesa. La colección de primavera verano de 2020 estuvo dedicada a ella. Maria Grazia Chiuri, actual directora creativa de la firma, decidió inspirarse en la pasión que tenía por las flores, una afición que compartía con su hermano, gran experto en este campo.

Una mancha en la familia

Recuperada su vida, se convirtió en una próspera comerciante de flores que acabó introduciéndose en el negocio de la perfumería, cultivando rosas para ese fin. Compaginó esa carrera con la defensa del legado de su hermano. De hecho, ella fue una de las grandes impulsoras del museo que se inauguró en 1999 en Granville, del que ejerció de presidenta de honor hasta su fallecimiento en 2008 y al que donó, entre otras cosas, un vestido que había pertenecido a su madre.

Su nombre, lejos de la propia casa Dior, es respetado hoy en día en Francia. En vida recibió la Cruz de la Guerra y la Legión de Honor, por su papel en la resistencia, y en 2016, la localidad de La Haye Pesnel bautizó con su nombre un nuevo colegió público, demostrando el respeto que se tiene en el país galo por la figura de esta mujer de carácter, defensora de la libertad durante toda su vida.

Porque Catherine nunca dejó de luchar contra el nazismo. En 1954 testificó contra 14 miembros de la Gestapo en París y en 1963 no tuvo problemas en romper las relaciones con su sobrina, Françoise Dior, al enterarse de su relación con Colin Jordan, un líder neonazi británico. Su matrimonio fue todo un escándalo en la sociedad de la época que ponía en mal lugar el propio nombre de Dior. Incluso envió un comunicado en el que se quejaba de la publicidad dada por la prensa y la televisión a las declaraciones de su sobrina y pidió que la fama de su hermano, Christian Dior, no fuera utilizada para resaltar el escándalo y correr el riesgo de manchar un nombre «llevado con honor y patriotismo por los miembros de su familia».