Aniversario
Woody Allen y su promesa cumplida al soplar 89 velas
El cineasta ha pasado unos días en Barcelona junto a su mujer, Soon-Yi, el nuevo escenario de su próxima película
Esta vez sin su clarinete, pero con la ilusión de un sueño a punto de alcanzar a sus 89 años, que son los que cumple hoy. Woody Allen dijo que volvería a Barcelona y lo hace ahora, casi nonagenario, pero con la cabeza bien lozana. Porque si algún embate de la edad soporta este icono del cine en su enjuto cuerpo es pura hipocondría. Neurosis compulsivas que han ido dando forma a su personalidad obsesiva y su genial quehacer cinematográfico.
El cinesasta neoyorquino ha pasado unos días en la Ciudad Condal con su mujer, Soon-Yi. Aunque ha intentado que no transcienda el motivo de su visita, sabemos que tiene ya esa razón que esperaba para volver: rodar una nueva película. Allen está enamorado de Barcelona y disfruta a menudo de su estancia alternando ocio y trabajo. Es un idilio que nació durante el rodaje de la película «Vicky Cristina Barcelona», en 2007. Según desveló a su entorno más íntimo, quedó prendado de los rincones de la ciudad, de la cultura y de la idiosincrasia catalana. Hizo amistades que no solo perduran, sino que cuida y alimenta con el afecto y cercanía que caracterizan al prolífico director. En Barcelona reparte su tiempo entre cenas en casa de uno de sus mejores amigos, junto a la Catedral del Mar, paseos por las estrechas calles del centro y recorridos por las pequeñas tiendas y galerías de arte para seguir empapándose de su cultura.
Barcelona es uno de sus lugares fetiche, una de las ciudades más especiales del mundo, junto a París, Londres y Nueva York. Hace un año, cuando acudió a inaugurar la 55 edición del Festival Internacional de Jazz, otra de sus pasiones, comentó a un amigo que le encantaría volver a rodar una película en la ciudad. Solo tenía que surgir una buena idea y llevarla a cabo. La inspiración despertó pronto y el proyecto está muy avanzado. Esta producción, que se grabará el próximo año, ha sido el motivo de su visita.
Allen se ha citado en la ciudad con parte del equipo creativo que le acompañará en el proyecto y del equipo de dirección. El famoso productor Edward Walson, asiduo en sus producciones, le ha acompañado para ultimar detalles. Gran conocedor de la cultura y gastronomía catalana, el director invitó a Walson y a la misteriosa mujer que le ha acompañado estos días a disfrutar de Casa Isidro, que Allen considera el mejor restaurante de Europa. Los propietarios, Isidre Gironès y Monserrat, son amigos del cineasta desde su anterior rodaje. Posteriormente, recorrieron parte del barrio gótico, seguramente para mostrar alguna de las próximas localizaciones, y se acercaron, por último, a la Sagrada Familia.
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