Chabelita y su hijo ya están en Cantora

La recién parida y Gloria Camila conforman la nueva pareja que más interés, morbo y curiosidad suscita. Si ya daban que hablar desde que fueron adoptadas, ahora el gancho se acrecienta con sus circunstancias actuales: por un lado, el millón de euros que acaba de recibir la no tan niña que prohijaron Rocío Jurado y Ortega Cano y, por otro, el hecho de que Isabel Pantoja haya sido abuela por segunda vez de un niño al que llamarán Alberto, como su hasta ahora alegre progenitor. Él y Chabelita abandonaron ayer el hospital malagueño –que no fue el previsto en Sevilla, una nueva sorpresa en esta historia– camino de Cantora, después de que la hija menor de la tonadillera recibiese el alta médica tras ser sometida a una cesárea el pasado viernes. Con la joven ya fuera del centro médico abundan los interrogantes sobre si retornará a Cantora –lugar que, según el novio de Chabelita le parecía «una cárcel»– para instalarse definitivamente o aprovechará la nueva situación familiar para alejarse del clan que la cobijó e hizo crecer, algo ya recordado insistentemente por su hermano Kiko Rivera.

Los prólogos maternales fueron en Sanlúcar, apoyados por la madre de Alberto Isla y jaleados con fervor popular. Prodigan cábalas sobre el futuro de los enamorados aunque la Pantoja haya estado a pie de paritorio para aliviar posibles tensiones y lo poco que le gusta la elección de su «pequeña del alma». De ahí que pronostiquen que, como el dicho popular, «el casado –aunque no estén bendecidos con este sacramento–, casa quiere». Al menos eso opina Raquel Bollo, quien conoce de cerca el clan y que incluso fue una de las personas que se acercaron a visitar a Chabelita al hospital después de dar a luz a su pequeño.

Las especulaciones sobre si la pareja tendrá o no posibilidades de formar su propio hogar es algo de lo que ya se habló durante los meses previos al nacimiento del bebé, en los que los jóvenes vivieron con más lejanía de la aconsejable para formar una buena relación. Etapa en la que prodigaron supuestos –nunca comprobados– de excesiva libertad y hasta coqueteos por parte del sanluqueño sin oficio ni beneficio. Aunque quiere ser torero, no se le conoce entrenamiento para conseguirlo y está a punto de la veintena. Una edad que consideran excesiva para formarse en tan difícil brega. Cayetano –que debutó con 28 años– no es ejemplo a seguir porque llevaba la Fiesta en los genes, menudo era el abuelo Ordóñez y más bravío que con arte su padre Paquirri, de tan firme estampa.

Andan expectantes con el «qué será, será», agoreros de tanta felicidad familiar. Chabelita comparte actualidad como polo atrayente junto a Gloria Camila, a la que este carnaval gaditano inventaron un tonteo con Alberto Isla. Otro dislate especulador no se sabe con qué motivo. La hija de Jurado y Ortega –que se resiste a cumplir condena– ya tiene a buen recaudo la herencia materna que cobró tras su mayoría de edad. Curiosamente, la actualidad del corazón –o del hígado, ya me pierdo– enlaza nuevamente a Pantoja y Jurado como si el tiempo se hubiera detenido y estuvieran de cuerpo presente. Dentro del cabildeo, apuestan a quién amadrinará al recién nacido. Es buena incógnita, aunque todo apunta a la abuela paterna, con permiso de Isabel. Y aunque Alberto parece no haber sido muy cumplidor con el primero de sus hijos, ya de dos años, el amor que no mantuvo anteriormente podría hacerlo madurar de golpe y darle más sentido de paternidad. Podría ser, y tal desean, igual que la sumisa permanencia de Chabelita en el apretado refugio «pantojil», aunque su casi cuñado aseguró en un arranque «que él no pisaría Cantora mientras yo esté vivo». Sonó a desafío excesivo, resultado de un pronto irreflexivo. Habrá que esperar acontecimientos, ver situaciones y cómo evolucionan unos y otros. Gloria Camila y Chabelita son la pareja de moda y tanto la colombiana como la peruana nos darán tela que cortar.