Los duques de Sussex bautizan a su hija Lilibet

La pequeña Lilibet, la menor de los hijos del príncipe Harry y de Meghan Markle ha sido bautizada a los 21 meses. La ceremonia, íntima, tuvo lugar el pasado viernes en la casa que la familia tiene en Montecito (California) y donde fijaron su residencia desde que los duques decidieron salir de la familia real británica. El bautismo se celebró por el rito de la Iglesia Episcopal, que pertenece a la Comunicón Anglicana, la misma fe que profesa el príncipe, y el oficiante fue John Taylor, el obispo de Los ángeles, según ha confirmado un portavoz de los Sussex a la revista "People".

La misma fuente confirma que los reyes Carlos III y Camilla, así como los príncipes de Gales, William y Kate, estaban invitados a la celebración aunque no asistieron. Los que no quisieron faltar a la ceremonia fueron Doria Ragland, madre de Meghan Markle, y Tyler Perry, padrino de Lilibet. También una mujer que ejerció de madrina y cuyo nombre no ha trascendido.

Tras recibir el sacramento del bautismo, los Sussex celebraron una comida y una tarde de baile. El momento más tierno del día se produjo cuando Archie, el primogénito que en mayo cumplirá cuatro años, sacó a bailar a su hermana, según destaca la revista.

La decisión de que Lilibet sea bautizada en la fe anglicana, y no en la católica (como su madre) se debe a que el matrimonio no desea que pierda su puesto en la línea de sucesión al trono británico. La sucesión se regula por el Acta de Unión, el Acto de Establecimiento y la Declaración de Derechos, y aquellos que hayan sido católicos o que hayan nacido de padres que no hayan estado casados en el momento del alumbramiento, son eliminados de la sucesión al Trono.

Lilibet Diana ocupa el séptimo puesto en este orden, por detrás de su hermano, su padre, sus primos y el príncipe William.