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El duque de Feria, «castigado» por su revista de cabecera

Rafael Medina, dando un paseo por las calles de Madrid
Rafael Medina, dando un paseo por las calles de Madridlarazon

Acostumbrado a vender cada paso de su vida al puro estilo de su madre, Nati Abascal, me extrañó que el duque de Feria no ofreciera una exclusiva de sus hijos recién nacidos. Cuando se convirtió en padre, todos creyeron que simplemente estaba aplazando la ocasión para otra futura oportunidad mejor remunerada, pero pasaron los días, las semanas y hasta los meses y el bautizo no se producía. Fue el pasado sábado y todos lo aguardaban con regocijo porque Laura Vecino, la mamá de los bautizados, reaparecía, como todavía no lo ha hecho en la tienda Mango, donde la colocó su suegra cuando aún tenía buena relación con la firma gracias a su amistad con Damián García. Él tenía libertad absoluta en determinadas áreas comerciales y creativas, que luego se vieron cortadas porque salió en la revista «Hola» para enseñar su casoplón barcelonés de forma desafiante. Este hecho propició su marcha de la marca, que ha sido internacionalizada por el empresario ruso Isak Andic, quien, afincado en Barcelona, ha cosechado grandes amistades con perfumistas como Puig, Leopoldo Rodés o Fainé, y otras grandes personalidades del mundo de la industria que ahora se oponen a las exageraciones independentistas del presidente Artur Mas.

Pero vuelvo a Rafa Medina, que tiene una gran complicidad desde siempre con su madre, algo que desquicia a su mujer. Y que, además, es mucho más agradable que su hermano pequeño Luis, constante en sus desplantes con los medios que, en venganza, se empeñan en pillarle en horas nocturnas.

¿Qué pasa con Rafa y sus retoños? Seguro que el álbum de fotos de los invitados al bautizo rebosa lazos y complementos extravagantes si atendemos al gusto de Laura, muy diferente a la exquisitez impecable de Nati, que ha logrado el cambio más difícil de Jessica Bueno, a la que transformó, igual que hicieron los hermanos Quintero con la serrana Malvaloca –inolvidable película de Amparo Rivelles–. Excelentes costumbristas que, hoy en día, sacarían provecho de la Feria de Abril sevillana, ya a punto de finalizar, con un balance inferior al de pasadas ediciones. «¿Qué pasa con el bautizo?», exclamaban algunos de los invitados en la Feria ante el silencio gráfico de los protagonistas.

Todo tiene una explicación: cuando abandonaron el paritorio, «Hola» gestionó una exclusiva, pero ellos posaron gratis en un gesto inédito que fue captado por 14 agencias, que lo vendieron a 22.000 euros; y aunque todos creímos que luego posarían para la revista en privado, no ha sido así. La publicación se sintió ofendida y se negó, han roto su habitual armonía comercial con la familia a pesar del dolor de Nati, que ya no sabe cómo mediar para enmendar el error. Ella quiere recuperar la buena relación que tenía con la cabecera, la cual consiguió que saliese hasta en tres ocasiones diferentes dentro de un mismo número de la revista. Está con el «corazón partío» entre su hijo y «Hola», que le da para pagar el pan de cada día. Sólo por esto no hicieron el típico posado.