Kiko Hernández, delatado: la imagen que proclama vencedora a Rocío Flores

La polémica surgida a raíz de la emisión de la serie documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ sigue en boca de todos. El asunto es muy candente y ha generado división de opiniones entre los colaboradores de Telecinco. Uno de los que más críticos se ha mostrado con Antonio David Flores y todo su entorno ha sido Kiko Hernández, que tras años de machaque continuo a Rocío Carrasco, ha entonado el ‘mea culpa’ y se ha disculpado con la hija de ‘la más grande’ para mostrarle todo su apoyo. Buena muestra de ello es la imagen que recientemente ha publicado en su perfil de Instagram, en la que aparece muy sonriente junto a la heredera universal de la Jurado.

Kiko Hernández ha cargado contra Rocío Flores incluso por los supuestos retoques que la joven aplicaría a las fotografías que publica en sus redes sociales. “¡Busquen las siete diferencias, es la mitad!”, espetaba el colaborador de ‘Sálvame’, comparando dos imágenes de la nieta de la Jurado, dejando caer que habría adelgazado su cuerpo usando técnicas de retoque digital.

Pues bien, La Razón se ha fijado en un detalle de una de las últimas fotografías que Kiko Hernández ha publicado en su perfil de Instagram, y todo apunta a que él también habría utilizado técnicas de retoque fotográfico, las mismas que reprochó a Rocío Flores. Al fondo de la imagen se puede observar una especie de vitrina cuyo lateral izquierdo se antoja ligeramente deformado hacia el tertuliano. Se trata de una distorsión que suele aparecer cuando se intentan reducir figuras humanas mediante programas o aplicaciones para que se vean más delgadas.

De hecho, hace tiempo, Cristina Tárrega se convirtió en carne de meme en las redes sociales tras publicar una imagen en la que este retoque ‘adelgazante’ era evidente por las mismas distorsiones que se aprecian en la foto de Kiko Hernández. Aunque no se ha confirmado que el tertuliano haya recurrido a estas técnicas digitales, las pistas están ahí y parecen bastantes claras, pero quién sabe...