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Guti, el año en blanco del «recolector de amapolas»

El exjugador, que lleva un año sin trabajar, celebra ahora cinco de casado con Romina

Romina Belluscio y Guti
Romina Belluscio y GutiInstagram

«Estoy en el mejor momento de mi vida, sano y feliz y quien no lo crea que se vaya a recoger amapolas al campo». La frase la pronunció hace una década José María Gutiérrez, Guti, y, aparte de hacer correr ríos de tinta en la prensa deportiva, dejaba una píldora del carácter indómito del futbolista. Cómodo en su papel de héroe y villano a partes iguales, su fama dentro y fuera de los terrenos de juego, le hizo vivir en la dualidad de un jugador excelso (con genialidades como el «tacón de Dios») con una vida poco recatada para lo que se esperaba de un jugador de élite. Quizás por eso el entrenador luso José Mourinho, decidió prescindir de él a su llegada al banquillo blanco.

En el verano de 2010 Guti decidió probar fortuna en la liga turca en las filas del Besiktas. Después de una buena primera temporada, el de Torrejón de Ardoz decidió abandonar la disciplina de las «águilas negras» ante la falta de oportunidades.

Su retirada como jugador tenía mucho que ver con sus deseos de volver a retomar su vida en Madrid junto a la periodista Romina Belluscio. La pareja celebra precisamente hoy su quinto aniversario de boda, después de que en 2016 se casaran en la más estricta intimidad y anunciando el enlace a través de sus redes sociales. Su enlace llegaba tres años después de su primer hijo, Enzo, y tras cinco años de relación como pareja. Al enlace acudían también Zayra y Aitor, fruto de su primer matrimonio con la empresaria Arancha de Benito. La novia optaba por un corpiño de pedrería y una falda lisa a juego con su ramo de flores. En el pelo, un sencillo tocado de inspiración griega y un velo en la parte trasera de la cabeza. El novio, alejado de sus habituales «looks» extravagantes, elegía un sencillo traje de chaqueta azul con pajarita.

Cinco años después del enlace la pareja, que vive una vida acomodada en Madrid, ejerciendo de padres con el pequeño Enzo (8) y Romeo (6 meses). Es habitual ver a Guti por La Finca Golf Los Lagos, el campo de golf donde suele prácticar su swing y en donde coincide con otro de los jugadores más aficionados al golf, Gareth Bale.

Torres y Villa

Guti y Romina viven en un chalet en la exclusiva urbanización de La Finca y es habitual verles llevando a sus hijos al Colegio Americano donde comparten aula con los hijos de otros futbolistas retirados como Fernando Torres o David Villa.

Ahora, según varios medios mexicanos, la pareja estaría cerca de cruzar el charco para iniciar una nueva vida allí en busca de oportunidades laborales para el exmadridista, cuya carrera como entrenador no termina de despegar en España.

Romina Belluscio y José María Gutiérrez, Guti, llevando a su hijo al colegio en el primer día de clase, en Madrid a 3 de septiembre de 2020
Romina Belluscio y José María Gutiérrez, Guti, llevando a su hijo al colegio en el primer día de clase, en Madrid a 3 de septiembre de 2020Jose VelascoEuropa Press

Después de iniciarse como entrenador en las categorías inferiores del Real Madrid, el exjugador tuvo su primera oportunidad en el Almería, un banquillo de la Segunda División. Tras ser destituido en junio de 2020, solo siete meses después de su llegada al equipo andaluz, Guti lleva más de un año en el dique seco, sin ninguna oferta. Su nombre sonó como un posible inquilino al banquillo del Getafe, pero finalmente el elegido ha sido su compañero Míchel González.

Tras los pasos de Solari

Ahora José María Gutiérrrez valora la opción de hacer las maletas junto a toda su familia para optar a un puesto como míster en un nuevo continente, siguiendo los pasos en los banquillos de su compañero, Santiago Hernán Solari, que después de su paso por el Madrid recaló el pasado año como entrenador del Club América, donde ha sorprendido por su fútbol vistoso y atacante. Su cartel crece por momentos, está por ver si las amapolas germinan de nuevo, esta vez en la capital azteca.