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La rebelión de las olímpicas contra la sexualización y el ‘bodyshaming’

Las deportistas de los Juegos Olímpicos de Tokio se empoderan

Las gimnastas alemanas Kim Bui, Pauline Schaefer, Sarah Voss y Elisabeth Seitz
Las gimnastas alemanas Kim Bui, Pauline Schaefer, Sarah Voss y Elisabeth SeitzInstagram

Los deportistas olímpicos no solo tienen que lidiar con la presión mediática y los duros entrenamientos que supone su disciplina, sino que además ellas, lamentablemente también tienen que soportar comentarios referidos a su aspecto físico, incluso han sido tachadas de ser “poco femeninas”. Unas calificaciones que les han servido para alzar la voz, empoderarse y convertirse en abanderadas del movimiento #nobodyshaming para acabar con la sexualización del cuerpo femenino.

Es el caso de las dos atletas inglesas, Kate Shortman e Isabele Thorpe, que fueron criticadas duramente por tener un cuerpo “demasiado musculoso”, por lo que decidieron hacer frente a sus “haters” posando en lencería en redes sociales. Una iniciativa de Bluebella para la campaña #StrongisBeautiful, que tiene como objetivo enviar un claro mensaje a la sociedad: No existe una definición correcta del cuerpo femenino, todos son bellos. “Esta campaña es un intento de desafiar la triste estadística que rodea a las mujeres y niñas en el deporte. El 64% de las chicas dejará de practicar deporte a los diecisiete años, y el 80% afirma que la baja autoestima y los problemas de imagen corporal contribuyen a ello. Muchas jóvenes afirman que el tipo de cuerpo atlético y musculoso se retrata negativamente y no se celebra como debería, y el 80% de las chicas sienten que no pertenecen al deporte, ya que la percepción es que es para los chicos. ¡Tenemos que cambiar esto!”, aseguraban en el post de Instagram.

Otras olímpicas que han luchado contra la sexualización de los cuerpos de las mujeres en el deporte, han sido las gimnastas alemanas Kim Bui, Pauline Schaefer, Sarah Voss y Elisabeth Seitz; que en lugar de llevar el body clásico de corte bikini han apostado por monos que cubrían por completo sus piernas. Un atuendo con el que “dar ejemplo a todas las gimnastas que pueden sentirse incómodas o incluso sexualizadas con trajes normales. Por ello, los Juegos Olímpicos necesitan una revisión, porque, en nuestra opinión, cada gimnasta debería poder decidir con qué tipo de traje se siente más cómoda, y luego hacer gimnasia”, escribió Seitz en sus redes sociales y que fue aplaudida por la Federación de Gimnasia de los Países Bajos.

Quienes también se rebelaron contra el “uniforme” olímpico, fueron las deportistas del equipo de balonmano noruego, que optaron por jugar en pantalón corto y no con la braga de diez centímetros de ancho. Y es que mientras que a ellas se le exige llevar esta minúscula vestimenta, a los hombre sí se les permite llevar pantalones que llegan diez centímetros por encima de la rodilla.

Una protesta que les ha costado una multa pero que la cantante Pink, orgullosa de la actitud de las jugadoras, se ha ofrecido a pagar por estar obligadas a cumplir “unas reglas muy sexistas sobre sus ‘uniformes’”.

Críticas en redes sociales

Recientemente un conocido youtuber afincado en Andorra, Víctor Domínguez, fue duramente criticado en redes sociales por comentar y compartir un vídeo de una gimnasta italiana. Elisa Meneghini, que fue olímpica en Río 2016, fue grabada haciendo estiramientos y la persona que realizó tal grabación, hizo ‘zoom’ a su trasero, sexualizando de esta manera a la deportista.