La crónica de Mariñas

Belén Esteban, la reina del mambo, vence a Paz Padilla

Paz Padilla y Belén Esteban
Paz Padilla y Belén EstebanMediaset

No deja de sorprender la despedida a Paz Padilla tras su inesperada, brusca y hasta violenta pelea con Belén Esteban. La cuerda se rompió por su parte más débil y parece difícil superarlo y, lo que es peor, que se produzca una reconciliación entre ellas. Se prevé un largo contencioso, mientras Paz Padilla, la que salió peor parada, se beneficia ahora de simpatías generales producidas como rebote a tan absurda situación. Nadie podía imaginarlo y mucho menos creer que la cosa acabaría tan mal. Creo que podría tener solución y solo el tiempo dirá, y resolverá. Mientras, Paz Padilla saca partido a este jaleo nada ingenuo y espera obtener réditos de una situación que debería parecer incómoda para todos, menos para ellos mismos. Veremos si se calma, si vuelve la tranquilidad y se retoman viejas relaciones siempre latentes aunque inexistentes en la práctica. Belén Esteban cobro supuestamente 30.000 euros al mes durante su confinamiento. No parece poca cosa, y encima se ha salido con la suya. Paz terminó en guerra.

Todo es cuestión de saber adaptarse a las circunstancias e ir tirando con lo que hay, tal ha hecho Sara Carbonero escapando a México entre rumores de ruptura con Kiki Morente.

Y vamos con la familia del Rey. La Infanta Cristina no dio explicaciones de su corta visita a Barcelona. Su escolta permitió que le hicieran fotos, milagro. A ver si todos toman buenas notas de ellos, como de la decisión adoptada por la Infanta Elena de mudarse a la milla de oro de Madrid, al menos temporalmente, donde ocupará una vivienda, alquilada, de 2,5 millones de euros, adaptada para personas con movilidad reducida por si acaso su padre se muda con ella. El piso de la Infanta Elena tienes doscientos cuarenta y dos metros cuadrados, lo que hace pensar en los numerosos rumores sobre la vuelta de Rey Emérito a España y la posibilidad de que viva con su hija. ¿Hay quién puede pedir más? Hablan y no paran de cotorrear, de tanto decirlo alguna vez acertarán. O a lo peor ni eso.