No a la guerra

Las hijas de los oligarcas rusas se hacen oír en Instagram

Admiten tener miedo y piden a Putin que pare la guerra

El propietario del Chelsea, Roman Abramovich, con su hija Sofia Abramovich (izquierda) en las gradas.
El propietario del Chelsea, Roman Abramovich, con su hija Sofia Abramovich (izquierda) en las gradas.Mike EgertonGTRES

Mientras la guerra se recrudece en Ucrania y la población lucha por llegar a la frontera de otros países, en Rusia se pena con 15 años de cárcel para todo aquel que hable mal del conflicto. Una norma que no es igual para todos, a juzgar por los mensajes que desde sus perfiles sociales hacen las hijas de los oligarcas rusas. La policía soviética ha llegado a arrestar en un solo día a 3.500 personas y el número total desde el inicio del conflicto se eleva a los 11.000. Varias de las hijas de los oligarcas rusos, que están viendo como su patrimonio mengua por las sanciones que les están siendo impuestas, han empezado a mostrar su disconformidad con Putin.

Una de ellas es Sofia Abramovich, hija de Roman Abramovich, uno de los hombres más ricos del mundo y dueño del Chelsea. Sus comentarios en redes muchas veces a penas duran unas horas y en otras ocasiones son retocados como este que señalaba: “Rusia quiere la guerra contra Ucrania” por un “Putin quiere la guerra contra Ucrania”. Al que además añade: “La mentira más grande y con más éxito de la propaganda del Kremlin es que la mayoría de los rusos está de parte de Putin”. Una postura con la que parece estar de acuerdo su padre, quien hace unos días anunciaba la venta del club de fútbol inglés y su intención de donar las ganancias a las víctimas de la guerra.

Elizaveta Peskova, hija de Dmitry Peskov, uno de los más estrechos colaboradores de Putin, vive con su madre, Katerina Solonitsyna, en París. También ella se ha hecho oír a través de una serie de stories con el hashtag #notothewar. La censura le ha golpeado por ello: sus stories han sido borrados y su cuenta, cerrada.

Maria Yumasheva, nieta del expresidente ruso Boris Yeltsin, también ha subido un post en el que muestra una bandera ucraniana con el texto de “no a la guerra” al que ha añadido un emoji de corazón roto. También se ha unido a alguna marcha pacifista celebrada estos días.

Ksenia Sobchak, hija de Anatoly Sobchiak, el primer alcalde elegido democráticamente en San Petersburgo, y mentor político de Putin y Medvedev, ha admitido que tiene miedo y ha elevado una llamada a Putin para parar la guerra. En el pie de foto añade una carta que escribió a Ronald Reagan cuando era tan solo una niña, en la que se lee: “La cosa más importante ahora es que el diálogo ponga fin a esta pesadilla”.